Es humano buscar certezas, creer que hay respuestas correctas, que hay caminos infalibles y que hay personas o creencias o corrientes que nos los pueden mostrar. Es humano.
Buscamos, sin saberlo, confirmación de que aquellas creencias, ideas, personas o corrientes que aceptamos y seguimos son las válidas, que hemos escogido bien. Y al hacerlo, nos cerramos, vemos solo lo que nos confirma aquello en lo que creemos.
Es lo que se llama sesgo de confirmación: “Es considerado un efecto del procesamiento de información, en virtud del cual la gente se comporta de manera tal que sus expectativas se hagan realidad. La gente tiende a favorecer la información que confirma sus ideas preconcebidas o hipótesis, independientemente de la veracidad o falsedad de esa información.”
No es algo de hoy, es algo inherente a ser humano.
¿En qué cosas puede afectarnos este sesgo? Una de ellas, importante, es en la forma que vemos a los demás: cuando nos hacemos una idea de cómo es una persona, tendemos a ver solamente, o mayoritariamente, aquellos comportamientos que nos confirman esa impresión. Tal como vemos al otro va a marcar la relación que estableceremos. Y es importante porque cómo gestionamos las relaciones nos abre o cierra puertas, quizás mucho más de lo que pensamos.
Te dejo un relato de Ferrán Ramón-Cortés que lo muestra en una forma muy clara: http://www.mentesana.es/cuentos/encuentros-con-max/miopias_136
Ya ves: esto nos cierra a ver a los demás como son, humanos, falibles, actuando y comportándose lo mejor que saben y pueden en cada momento. Nos cierra a aceptar que aquellos a quienes “admiramos” puedan equivocarse o estar equivocados en algunas cosas y a aceptar que aquellos a quienes “no admiramos” puedan estar en lo cierto. Nadie, nadie acierta siempre. Nadie, nadie se equivoca siempre.
Piénsalo. Solamente pensando y observando podemos darnos cuenta de estas cosas que tanto nos afectan.
PD. - Te dejo otros dos links relacionados con este tema: