Coge un boli y escribe
qué cosas caracterizan al mundo en que nos movemos. Yo hice el ejercicio:
Hay tantas cosas que
hacer, tanto a nuestro alcance, tanto entre lo que elegir, todo cambia tan
rápido… Se me pasa por la cabeza que, para navegar por un mundo así, hay tres
cosas que, aunque siempre han sido importantes, hoy en día todavía lo son más:
1.- Visión, para saber hacia dónde me dirijo.
2.- Pensamiento crítico, para discernir ante lo que
la vida me va poniendo por delante.
3.- El justo punto de pasión y fuerza de voluntad combinadas,
para perseverar en el camino
¿Por qué creo que necesitamos
VISIÓN?
Estas dos imágenes las
he utilizado ya en el blog y describen mi visión sobre la visión…
Vivimos en una sociedad
que si se caracteriza por algo es por ofrecernos un montón de opciones. Hace
unos años – tampoco tantos – casi casi al nacer ya se tenía claro el recorrido
vital: cole, trabajo, casarse, hijos, nietos, ... Tampoco hacía falta decidir
demasiado a la hora de comprar ropa, comer o entretenerse o lo que sea. Hoy ya
no es así, en absoluto.
Cuando nos enfrentamos
a las miles de decisiones que tomamos cada día (1) es importante tener claro un
marco de referencia (que es el que nos da la visión) para no ir dando bandazos.
Lo que decido en cada momento suma o resta en la construcción de la vida que
quiero. El problema aparece cuando no tengo claro qué vida quiero, ya que
entonces desaparece este marco de referencia, y las decisiones que voy tomando
a veces suman y a veces restan…
Antes, tener este marco
de referencia, no era tan necesario, sencillamente seguías por la vía
tradicional y ya está. Solamente unos pocos optaban por crearse vías
alternativas. Hoy en día la diferencia está en que disponer de marco de
referencia es necesario para sobrevivir, sino, puedes perder fácilmente el
hilo.
No es fácil construir
este marco de referencia. Si fuera fácil todos lo tendríamos claro. Hay que
pausar, sentarse y pensar. Y ya sabes que esto cuesta (2).
¡Hasta el próximo día!
Pasa una feliz semana.
Notas y recursos adicionales
(1) Solamente las relacionadas con qué comemos llegan a ser unas
14 que tomamos de forma consciente, y hasta unas 200 en total si tenemos en
cuenta las que tomamos de forma no consciente: http://evidencebasedliving.human.cornell.edu/2010/03/02/so-many-decisions-so-little-time/
(2) He encontrado este artículo de Scientific American sobre el
gasto energético de nuestro cerebro (https://www.scientificamerican.com/article/thinking-hard-calories/).
Me surgen dos reflexiones:
-Si seguís a Alan Wallace, recordaréis su planteamiento de que
mente no es cerebro. Según él, identificar la consciencia como un subproducto
del cerebro es una opción muy pobre. En el artículo se reflexiona sobre la poca
diferencia de gasto energético que se detecta entre pensar intensamente y el
reposo… ¿Es el pensamiento un subproducto del cerebro o hay algo más ahí?
-Al final del artículo un científico nos dice: “Mi hipótesis general es que el cerebro es
perezoso. Al cerebro le cuesta un montón
enfocarse en una sola cosa demasiado tiempo. Es posible que la concentración
sostenida cree algunos cambios en el cerebro que promuevan que se evite este
estado. Podría ser como un cronómetro que dijera, OK, ya se acabó. Quizás al
cerebro sencillamente no le guste trabajar duro por mucho tiempo”. Yo iría
más allá: el cerebro no solamente es perezoso, sino que además es tonto ;)))
eso sí, es muy colaborador cuando sabes tratarlo.