domingo, 29 de julio de 2018

¿Presuponemos? ¿Asumimos? Eso tiene consecuencias…


Estaba revisando el tema de sesgos y, navegando de link en link, he llegado a un curso de facebook llamado “managing unconcious bias”. Trata de aquellos estereotipos, prejuicios o asunciones que, sin ser nosotros conscientes de ellos, nos influyen a la hora de relacionarnos con nuestro día a día, de su impacto y de cómo contrarrestarlos. En el curso (que es una conferencia de aproximadamente 1 hora) se refieren a temas como: género, edad, raza, religión, … lo clásico. 

Estaba escuchando: hablaban de un estudio en el que a los socios de una firma legal se les daba un informe para evaluar. Ante el mismo informe, que mostraba los mismos errores y defectos, los socios tendían a evaluar peor, tanto el informe como el potencial del autor, cuando creían que el autor era de raza negra. La ponente comenta en este punto que los socios no son conscientes de ello, que de forma inconsciente su evaluación es más estricta con unos y más condescendiente con otros. 


En este punto he conectado la experiencia con otra que es, según creo, no tan estudiada, más sutil y mucho más extendida: de forma inconsciente evaluamos, hacemos interpretaciones, presuponemos sobre acciones o actitudes o comportamientos de los que están a nuestro alrededor según la imagen que de ellos tenemos. Seguía escuchando el vídeo, y allí donde la ponente decía mujer, negro, etc.… yo ponía “me cae bien”, “me cae mal” o juicios similares. Y todo encajaba: si a mi “me caes mal”, o si no tenemos “feeling”, o no te entiendo o no te apruebo, tendrás que esforzarte muchísimo más para que valore lo que haces o dices, que no si lo hace o dice alguien que “me cae bien”. Y pasa como con los temas que trata el video: no somos conscientes de ello y las consecuencias son importantes.

En la conferencia nos dicen: el primer paso es darte cuenta, el segundo es entender el impacto que esto tiene y, finalmente, tomar acciones para contrarrestarlo.


Te invito a ver el vídeo (es en inglés) y hacer el ejercicio de pensar en este aspecto. Es importante. En entornos complejos y cambiantes, donde la competencia de colaboración, de trabajo en equipo, es tan crítica, no podemos permitirnos que este sesgo, por muy humano que sea, nos reste capacidad. 





martes, 3 de julio de 2018

Esos embolados en los que te mete tu mente



Estos últimos días he leído tres párrafos que me han dado que pensar. Los leí por separado, en soportes distintos y en distintos días, y, el domingo mientras corría, se entrelazaron. No sé si tú has sentido alguna vez esta sensación de conectar cosas, si es así, ya sabrás lo bonito que es.

Nuestra mente está diseñada para protegernos. Es un diseño adaptativo que, hoy en día, se ha quedado, en cierta manera, obsoleto. Pero, contamos con una paleta inabarcable de recursos para poder contrarrestar esta obsolescencia, para navegarla y hacer que colabore en lugar de entorpecernos.

Ante estos embolados en que nos mete nuestra mente por su buena y obsoleta intención de protegernos, solamente cabe, primero, entender y agradecer (1) la intención y, luego, escoger el camino con conocimiento y criterio.

Párrafo 1:

“[…] El pesimismo es abrazado siempre por reaccionarios y por populistas. A aquellos les sirve de pretexto para no hacer nada. A estos, de excusa para querer cambiarlo todo. […]”  José Antonio Marina

Yo quiero darme cuenta de cuando busco excusas o pretextos. Creo que afrontar las cosas desde la claridad y la serenidad es lo mejor que puedo hacer. Cuando me engaño, quizás escapo de algo que me incomoda, aunque sea de forma inconsciente, pero, cuando escapo, ese algo que me incomoda vuelve a presentarse y ¿Toca escapar otra vez? 

Reconocer que no tengo ganas de hacer algo o que no sé cómo hacerlo o que me parece que me va a costar mucho hacerlo es el primer paso para replantear las cosas con criterio y construir.

Párrafo 2:

“[…] Nosotros procuramos dormir todas las noches con tres estrellas y levantarnos con ninguna. Siempre le digo al equipo que hay que ganárselas cada día, ser muy constantes y pensar que cada cliente viene de cero y con expectativas. Lo que cocinamos ayer no quita el hambre de hoy […]” Eneko Atxa

Cuando me aferro a lo que hice o no ayer, o cuando me lastra lo que hice o no ayer, me estoy privando, consciente o inconscientemente, del aquí y del ahora, que es lo que me va a llevar a la vida que quiero vivir, ahora y en el futuro. El pasado me tiene que servir para aprender, no para apalancarme o para limitarme. 

Párrafo 3:

“[…] Hacer esto de buscar pruebas que confirmen nuestras sospechas hasta tiene nombre. Se llama “falacia de evidencia incompleta” o cherry picking. Lo que viene a decir que cuando queremos confirmar algo que ya creemos que sabemos, sin querer tendemos a fijarnos en las pruebas que nos dan la razón. Desde quedarnos con evidencias anecdóticas hasta seleccionar los resultados a medida para que confirmen nuestra hipótesis. Ni siquiera lo hacemos con una intención perversa de manipular la información a nuestro favor, sino que lo hacemos de forma inconsciente. Tenemos unas ideas preconcebidas y tendemos a buscar aquello que las confirme. Porque si son nuestras ideas, seguro que es porque nos parece que son las que tienen más sentido[…] Deborah García Bello 

Yo quiero procesar la información con pensamiento crítico y, a la vez, apertura de mente. Para ello debo ser consciente de lo que se llaman sesgos cognitivos, que, sencillamente, son formas en que la mente nos engaña sin ser nosotros conscientes de ello. El “cherry picking” del que se habla en el párrafo 3 es un sesgo cognitivo. 

Para evitar los sesgos cognitivos primero debo conocerlos, saber cómo funcionan, y, luego, debo preguntarme a mí misma, de vez en cuando (2), si eso que interpreto o creo se ve o no afectado por algún sesgo. 

El que duda, quizás no es que no sepa, es posible que utilice la duda y el cuestionamiento como herramientas para escapar de este tipo de sesgos. Yo también quiero hacerlo

Conclusión

Tu mente te protege con excusas y pretextos, con aferramientos y creencias, con promesas de certidumbre. Eso está bien, agradécelo. Pero, has de saber que tan solo son formas de protegerte. La sobreprotección acabará anulándote. Aprende a gestionarlo, no improvises (3).









(1) Quizás te parezca tonto, pero el gesto de entender y agradecer que tu cuerpo-mente pretendan protegerte en lugar de enfadarte o desesperarte, tiene su sentido. Cuando te enfadas o te desesperas o te frustras, tensas, y al tensar gastas energía y duele. ¿Para qué te vas a enfadar si no te ayuda para nada? Piénsalo.

(2) No se trata de que estés continuamente cuestionándote todo…te volverías loco seguro. Tu mente, precisamente, trata de que te sea más fácil, eficiente y efectivo todo. Se trata de tener siempre a mano la pregunta, la cuestión ¿Es posible que, quizás, sea de otra forma o pueda serlo? 

(3) No se trata de tirarte a la piscina, a ver si no te ahogas, porque puedes ahogarte. Eso no. Hay que aprender, conocer, practicar.