lunes, 9 de septiembre de 2019

¿Nos interesa apostar por la resiliencia?




Que no nos engañen: la empresa no emprende acciones (1) para que sus empleados sean más felices o estén mejor. Las acciones que emprende la empresa están, o deberían estar, dirigidas a aumentar el beneficio en forma sostenible. Creo que, a veces, los directivos se olvidan de esto, olvidando también que sus equipos perciben cuando las acciones van o no a contribuir a sostener su puesto de trabajo.

Si queremos resultados, soy de la opinión de que lo mejor que podemos hacer es apostar por mantener el rendimiento de nuestros equipos a un buen nivel, y esto solamente lo conseguiremos a través de un equipo directivo de calidad que dirija empleados que sepan y puedan exigir un buen nivel de liderazgo.

Así pues, la vía es de doble sentido: una buena dirección y unos equipos que la reconozcan y la exijan

A veces, la resiliencia de nuestros equipos puede no ser lo que más nos interese, si a lo que contribuye es a ocultar una dirección deficiente. Y es que empleados felices, contentos y adaptables, que sepan gestionar sus emociones nos interesan siempre, pero siempre que, a la vez, sean honestos, competentes, responsables, críticos y exigentes.

Creo que, cuando lo que realmente buscamos es aumentar el beneficio en una forma sostenible, tenemos que ser críticos con las acciones que lanzamos. Es muy fácil embarcarse en iniciativas dirigidas a los equipos para que aprendan a mejorar su gestión emocional o su gestión del estrés o su motivación, sin tener en cuenta que hay un riesgo: que lo que obtengamos sean equipos resilientes capaces de soportar direcciones deficientes. Eso no ayuda.








(1) Formación, instalaciones, horarios, eventos internos, …

miércoles, 4 de septiembre de 2019

Tú no lo ves como yo lo veo…



… ni lo sientes como yo lo siento.

Entender y manejar esto es crítico para relacionarse, y más aún en un directivo. Ya no dirigimos personas que se conforman, hoy en día nuestros equipos están formados por personas exigentes e informadas.

Es importante formar a nuestros directivos para que lo entiendan y sepan manejarlo

¿A que te resulta más fácil gestionar la relación con personas que se parecen a ti? Si queremos facilitar la gestión de un equipo lo más sencillo es formar un equipo con personas que ven y sienten las cosas de la misma manera. El problema es que, aparte de que es difícil conformarlo así, a este tipo de equipos no se les da muy bien la innovación.

La diversidad en un equipo es riqueza, pero requiere de competencias de dirección

Parece tonto, lo sé, pero una formación que permita a nuestros directivos entender y aprender a manejar esta diversidad de formas de ver y sentir facilitaría tres cosas muy importantes: los resultados del equipo y la innovación, el bienestar de sus componentes y el bienestar del directivo.

Y ¿por qué hablo de bienestar?  Las investigaciones sobre las fuentes principales de estrés en el trabajo apuntan a dos temas: relaciones interpersonales y la carga de trabajo. Y si lo piensas bien, mucha de la carga de trabajo  que nos desborda deriva de falta de coordinación y comunicación.




Formar a nuestros directivos apuntando a la consecución de resultados a través de mejorar su capacidad de gestión de las relaciones interpersonales es un enfoque muy productivo.