miércoles, 3 de agosto de 2016

EL ERROR DE OTELO

Os lo ruego, en vuestras cartas, al narrar todas estas desventuras, mostradme como soy, sin atenuar, sin rebajar adversamente. Hablad de quien amó demasiado y sin prudencia, de quien, poco propenso a los celos, instigado se alteró sobremanera; de quien, como el indio salvaje, tiró una perla más valiosa que su tribu; de quien, transidos los ojos que no se empañaban, vierte tantas lágrimas como gotas de mirra los árboles de Arabia” OTELO, Acto final.

Hemos hablado de nuestras emociones, y de cómo el estar atentos, el darse cuenta, nos ofrece un espacio de libertad que nos posibilita elegir nuestro comportamiento en lugar de reaccionar de forma automática.

Hemos hablado de los beneficios (1) que nos aporta una adecuada regulación emocional.

Hay otros aspectos a tener en cuenta que tienen que ver con la interpretación que hacemos de las emociones en otros:

1.- Identificar la emoción en otros: es cuestión de práctica y de interés, pero hay que dejar SIEMPRE margen a contrastar, a preguntar, o simplemente entender que hay muchos factores que afectan en nuestra interpretación. Nuestro propio estado emocional, nuestras expectativas, nuestra experiencia, lo que queremos creer etc… todo ello provoca distorsión y puede llevarnos fácilmente a error.

Ayer, viendo la serie “Miénteme” (2), el protagonista decía algo así como: “yo solamente identifico la emoción, de lo que no tengo ni idea es de la causa de la misma”.  Así que todavía hay un aspecto más:

2.- Identificar la causa de la emoción: Así como la identificación de las emociones en el otro tiene una base científica (3), la identificación de las causas ya es harina de otro costal. Lo que causa, detona, una emoción es muchas veces complicado identificarlo en nosotros mismos, así que imagina lo complicado – casi imposible – que es identificarlo en otros.

Otelo, inmerso en una poderosa emoción, malinterpreta la respuesta emocional de Desdémona como signo de culpabilidad, y eso precipita el dramático final. No dejemos que esto nos pase a nosotros, seamos conscientes en todo momento de la complejidad y riqueza, no solo propia, sino también del otro. Las interpretaciones son solamente eso, interpretaciones. Hay que validar de alguna manera. Te propongo un método muy sencillo: PREGUNTAR.


(1) En la web de TalentSmart (http://www.talentsmart.com) figuran tres cifras interesantes extraídas de un estudio sobre más de un millón de personas:

è El 90% de las personas con un alto rendimiento son hábiles en gestionar sus emociones
è Nuestra capacidad de regulación emocional explica un 58% de nuestro rendimiento en el trabajo
è Las personas con capacidad de regulación emocional ganan más que las que no gestionan adecuadamente sus emociones

(2) http://www.popularmechanics.com/culture/tv/a3960/4300722/

(3) https://www.youtube.com/watch?v=-PFqzYoKkCc

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