Voy
a hablarte de una manifestación muy íntima de la libertad, tan íntima que
requiere un importante proceso de conquista personal. Te hablo de la libertad
de elegir tu conducta, tu actitud, ante lo que acontece en tu vida.
Y
te adelanto que este mundo en el que vivimos te lo pone especialmente difícil,
porque todo lo que voy a explicarte lo saben también, incluso mejor, los
especialistas en marketing J.
¿Te
acuerdas del esquema?
1.- Funciones
biológicas
2.-
Mecanismos de supervivencia
3.- Guiones
4.-
Automatización de procesos
5.- Hábitos
En esta infografía te recuerdo el esquema general: https://www.canva.com/design/DAB-80Ttm3s/m5qwYuSw5heWgVnP4pi4SQ/view?utm_content=DAB-80Ttm3s&utm_campaign=designshare&utm_medium=link&utm_source=sharebutton
Dentro
del segundo grupo de subrutinas & automatismos (los mecanismos de
supervivencia) te conté acerca del mecanismo de lucha o huida, y ahora veremos el mecanismo de recompensa.
Y
te dejo con este párrafo. Dale un par de vueltas y en el próximo post te amplío
el tema.
“Nuestro cuerpo utiliza un truco para garantizar la
supervivencia: usa la promesa de
alcanzar la felicidad para
que sigamos esforzándonos para mantenernos vivos. Esta promesa, más que la
experiencia misma de la felicidad, es lo que nos impulsa”
Un
ejemplo que seguro te resuena, tanto si te pasa a ti como si no: el subidón que
se siente cuando ves, hueles o saboreas un alimento rico en grasas y azúcares
desencadena el deseo de comer.
Este resorte, que era muy útil cuando teníamos
que esforzarnos para tener reservas de energía de cara a épocas de escasez, hoy
en día, con el acceso casi ilimitado que tenemos a la comida, se convierte en
una fórmula segura para la obesidad. Y hay un efecto todavía más perturbador: este
subidón no solamente te hace vulnerable a la tentación de hartarte de dulce, te
hace más vulnerable a cualquier otro tipo de tentación...
Estaremos
tiempo con este tema, ya que el entender cómo funciona este mecanismo y analizar
en qué forma te influye te va a permitir conquistar un tramo más de libertad.
¡Hasta
el próximo post!
No hay comentarios:
Publicar un comentario