domingo, 15 de enero de 2017

Si sabes que no te conviene… ¿Por qué sigues haciéndolo?


¿Cómo han ido las Fiestas? Espero que bien, que las hayas disfrutado y que empieces 2017 cargado de energía.

Estoy casi casi segura que durante estas Fiestas te has planteado dejar de hacer alguna cosa que no te conviene…un año más. Creo que en lugar de desanimarte al ver que vuelve a estar en tu lista, es importante que tengas en cuenta que:

1.- Darte cuenta de que haces algo que no te conviene es ya un paso importante, y tienes que felicitarte por ello.

2.- Los hábitos se pueden cambiar si entiendes cómo funcionan y abordas el tema con una estrategia adecuada.


Me gusta esta pintada, también de Acción Poética, y , es que es verdad, si no sabes cómo funciona alguna cosa lo único que puedes hacer es ir improvisando. Improvisar no es malo, en absoluto, pero consume tiempo y energía.

“El tiempo es en definitiva el único capital que tiene el ser humano, y el único que no puede permitirse perder” Thomas Edison
En mi primerísimo post (enero 2015) apuntaba: un 80% no cumplirá sus propósitos de Año Nuevo … Y es que la mayoría aborda sus propósitos desde la improvisación y así les va...

¿Te interesa formar parte del 20% que SI cumplirá sus propósitos? pues entender cómo funciona el mecanismo de recompensa (1) va a ayudarte a conseguirlo.

Volvamos a la pregunta: si sabes que no te conviene… ¿Por qué sigues haciéndolo? Querer sentirnos mejor es instintivo, tan instintivo como el mecanismo de lucha y huida ¿Te acuerdas? Los mecanismos de lucha y huida y de recompensa forman parte de lo que denomino mecanismos de supervivencia (2). Y, es más, ambos mecanismos están muy relacionados, de forma que las estrategias más comunes que se detonan de forma automática para aliviar el estrés (comer, beber, ir de compras, mirar la tele, navegar por internet…) son las que asimismo activan el sistema de recompensa del cerebro.
 
El mecanismo de recompensa está “diseñado” para hacer que te muevas, que persigas aquello que está alineado con tu supervivencia y la de tu especie. Este mecanismo es muy potente, y es el que –en su mayor parte- te va a facilitar o no la consecución de tus propósitos. Al igual que el mecanismo de lucha o huida, el mecanismo de recompensa puede ayudarte o acabar de hundirte en la miseria. La promesa de recompensa no siempre significa que nos hará sentir bien, es un mecanismo diseñado para entornos que ahora ya no existen, y ya sabes, cuando el entorno cambia no siempre funciona lo que siempre ha funcionado.

Según yo lo veo y – de forma simplificada- para dejar de hacer lo que quieres dejar de hacer (3) y que desaparezca de tu lista de pendientes, tendrás que manejarte con un triunvirato potente de reglas del juego:

REGLA 1: [Nuestro cerebro entiende más lo concreto que lo abstracto, lo inmediato que el largo plazo]: si, hay que “tangibilizar” y “cortoplazear” nuestro objetivo si queremos que colabore con nosotros.

REGLA 2: [Nuestro cerebro optará siempre por la opción que implique menos consumo de energía]: si, nuestra configuración básica es “perezosa”, así que espabila a pensar cómo se lo pones más fácil, prevé los obstáculos y planifica tácticas.

REGLA 3: [Nuestro cerebro se moviliza por promesas de recompensa o alivio]: ahí hay que exprimir nuestra creatividad para buscar aquellas formulaciones de objetivos y estrategias que movilicen sin perjudicar.

Así pues – de forma simplificada- cuando queremos crear (4) un hábito tenemos dos fuerzas principales que “tiran” de nosotros: la promesa de recompensa y – digámoslo así- una configuración básica “perezosa” y “cortoplacista”.  La promesa de recompensa tiene que ser adecuada y lo suficientemente potente como para contrarrestar la configuración básica y, además, tiene que ser capaz de darte fuerza para “romper” los automatismos y “sortear” los detonantes que te impiden o dificultan el hábito que quieres adquirir.


Ahora bien, recuerda la diferencia entre:

 PLACAR

y

FLUIR


Si preparas bien tu estrategia, con conocimiento y creatividad, estas dos fuerzas pueden pasar de opuestas a concurrentes (5).

Una forma de descubrir y entender el mecanismo de recompensa es el ejercicio que te propuse en el post de 11 de diciembre. Experimenta con distintas recompensas como si fueras un científico en etapa de recopilar datos. Sé que eres consciente de que saberse la partitura no te convierte en pianista, así que tan pronto puedas, ¡ponte en marcha!


(1) Por si no te acuerdas o te has incorporado hoy, revisa los posts de 5 y 11 de diciembre en los que introducía el tema del mecanismo de recompensa. Verás que en el esquema de lo que está oculto bajo el nivel de nuestra consciencia al final llegaremos a los hábitos J. Si quieres revisar este tema, está en el post de 18 de setiembre.

(2) Hablamos ahora de lo que quieres dejar de hacer este año, ¡Ánimo con ello!

(3) Ver el post de 9 de octubre.

(4) Realmente no creamos hábitos, sino que los sustituimos por otros.

(5) Ver el post de 29 de noviembre.








No hay comentarios:

Publicar un comentario