Y dice
Hamlet, en la quinta escena del primer acto de la obra a la que dio título, que
“hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, de las que han sido soñadas
en tu filosofía”. Y es que es así.
Siempre ha habido y siempre habrá
polémica sobre lo “científico” y lo “pseudocientífico”, y ya os avanzo que mi
opinión es que, situándote en el extremo, sea cual sea, te pierdes cosas. Así
que más vale saber situarte en cada momento y saber en cada momento dónde estás
situado.
A veces, trabajar en base a
hipótesis, y, de ellas, intentar derivar leyes sin la correspondiente
rigurosidad en la experimentación, produce también avances. Eso sí, si hay
espíritu crítico, si se ejerce la duda y el cuestionamiento y se pretende
llegar a formas de demostrarlo. Muchas hipótesis no pueden contrastarse en un
primer momento debido a la falta de tecnología o de metodología o,
sencillamente, por la multitud de factores concurrentes que hacen muy difícil
establecer causalidades. Para mí esto no quita valor, siempre que sepamos dónde
estamos situados, y no tiñamos de ciencia lo que no es (1).
De la misma presentación también he
cogido prestado el concepto de amimefuncionismo.
El amimefuncionismo según lo define Aitor Sánchez es el derivar del “a mí me
funciona una ley universal”. Estoy de acuerdo, no podemos derivar una ley
universal de lo que a mí me funciona, ahora bien, tampoco debemos negarlo ni
menospreciarlo. Leía el otro día esta frase “Teoría es cuando todo se sabe y nada funciona. Práctica es cuando todo
funciona y ninguno sabe por qué́”, para mí define el amimefuncionismo
en su esencia.
Para mí el amimefuncionismo
es fruto de la complejidad y diversidad del ser humano, que hace que haya cosas
que no sepamos por qué, pero nos funcionan (2). En este blog os voy contando cosas que voy
viendo que funcionan, a mí y a otros. Algunas tienen base científica sólida,
otras más o menos, pero siempre procuro no pasar al otro lado, donde ni se
discute ni se piensa ni se duda (3).
Reconocer a la ciencia su mérito y
su aportación es imprescindible, pero hay que dejar siempre una puerta abierta…
aunque abierta no significa de par en par y sin filtro ni criterio ¡¡¡OJO!!!!
(1)
A veces ya no es teñir de ciencia lo que no es. A veces es la misma prensa la
que buscando el titular desvirtúa totalmente estudios estableciendo
causalidades donde no las hay o magnificando efectos.
(2)
Un ejemplo muy claro es el efecto placebo. Es tan claro que funciona que en el
método científico se tiene en cuenta para descartarlo. También hay otro efecto
similar que es el que lleva a realizar pruebas de doble ciego que tratan de
evitar el sesgo del participante.
(3) El otro día leía que el 40% de
los norteamericanos se informan de lo que acontece en el mundo exclusivamente a
través de Facebook. Sin contrastar nada…da miedo ¿no?
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