Cuando se habla de
motivación siempre se acaba hablando del elogio, de lo bueno que es elogiar,
que hay que elogiar más y, si es posible, en público. Pero hay algunas cosas
que yo creo que tengo que tener en cuenta a la hora de elogiar a alguien:
1.- Cada uno es
distinto, así que a la hora de elogiar debo tener claro cómo va a sentirse la
persona a la que quiero elogiar y, en base a ello, debo elaborar mi elogio en
el qué, el cómo, el cuánto y el cuándo.
2.- Asimismo, si el
elogio se realiza en público, debo tener en cuenta el impacto también en el
resto de los presentes.
3.- Quizás lo más
importante: debo sentir aprecio por quien recibe mi elogio. Si el elogio no
sale del sentimiento (1), el efecto no es el mismo.
Algunos aspectos más
del elogio a tener en cuenta:
1)
En
general, el elogio tiene más efecto cuando te refieres a algo concreto, no a
algo vago e impreciso. Cuanto más precisas qué es lo que te gusta, más impacto
tiene el elogio.
2)
Al elogiar
verbaliza lo que sientes, describe lo que ves.
3)
El
elogio puede bloquear. El trabajo de Carol Dweck al respecto es muy
interesante.
Lo que ha visto Carol Dweck a
lo largo de sus investigaciones es que, cuando elogiamos valorando inteligencia
o habilidades, es probable que bloqueemos el aprendizaje. En cambio, si lo que
elogiamos es el proceso y el esfuerzo, el efecto es más positivo sobre el aprendizaje
(2). El video es corto y lo
muestra muy claro.
Y, para terminar, te
dejo algunas citas al respecto del elogio:
“El elogio, como el oro y los diamantes, debe
su valor solamente a su escasez”. Samuel Johnson
“Al hacer lo que hay que hacer no somos
merecedores de elogio, pues es nuestro deber”. San Agustín
“El elogio fuera de lugar o dispensado sin
tacto puede congelar el corazón tanto como la culpa”. Pearl S. Buck
“Nos gusta recibir elogios, pero la mayor
parte de las ocasiones no estamos seguros de qué mensaje deberíamos extraer de
él. Por otro lado, cuando alguien nos descubre nuestros fallos, enseguida nos
damos cuenta que necesitamos cambiar algo”. Charles Duhigg
Y
la que a mí más me gusta:
Porque el mejor
elogio es una buena escucha, estar ahí para la persona, hacerla visible.
¡Hasta la próxima
semana!
(1) Quizás te
parezca raro o difícil, pero no lo es. Todos tenemos cosas buenas, si te
entrenas en darte cuenta de las virtudes de la persona que tienes delante en
lugar de centrarte en aquello que no compartes con ella, el elogio te saldrá y
será sincero. Esto se entrena.
(2) Sobre todo, no
te quedes nunca en el titular, piensa y reflexiona. Carol Dweck tuvo que
aclarar a posteriori que para nada se trataba de elogiar por elogiar, que no
había que perder de vista el objetivo: fomentar el aprendizaje. Y es que cuando perdemos de vista el PARA QUÉ hacemos algo, probablemente
consigamos efectos indeseados.