sábado, 2 de septiembre de 2017

Ni debilidades ni fortalezas



Se me ha ocurrido pensar en esto mientras corría esta mañana. Le daba vueltas a lo que pensaba escribirte y, de repente, me pasa por la cabeza que cuando pretendemos cambiar alguna cosa hay tres enemigos principales:



El desaliento
El victimismo
La complacencia

El desaliento es mi enemigo cuando al intentarlo no me funciona y abandono.

El victimismo es mi enemigo cuando al intentarlo no me funciona y pongo toda la responsabilidad en otras personas o circunstancias.

La complacencia es mi enemiga cuando al intentarlo me conformo enseguida o me auto convenzo de que ya estoy bien como estoy.

Pensando en esto, se me ocurre que cada uno tenemos más o menos predisposición (o peligro) de dejarnos abatir por uno u otro de estos enemigos. Y, para protegernos de ellos, es importante conocernos, saber por dónde nos pueden pillar y preparar la estrategia adecuada para ponérselo lo más difícil posible.

Todo proceso de cambio, todo proceso de desarrollo, tiene sus altos y sus bajos, sus éxitos y sus fracasos. No hay estrategias infalibles, pero sí que hay estrategias que se adecúan más tanto al propósito perseguido como a ti. Esas son las que tienen la mayor probabilidad de éxito.

Es importante tener en cuenta que tú NO TIENES FORTALEZAS NI TIENES DEBILIDADES. Lo que llamamos fortalezas y debilidades sencillamente son cosas que van a ayudarnos o van a entorpecernos según el propósito que nos marquemos. Si me marco ser la estrella de la fiesta, mi introversión puede ser una debilidad. Si me marco ser una erudita en cierto campo, mi introversión puede ser una fortaleza. ¿Me explico?

Visto esto, para conseguir algo tienes que tener claro lo que quieres (tu propósito) y cómo eres (qué es lo que te es más fácil o difícil). Una vez tengas claro estas dos cosas, podrás diseñar tu estrategia. ¿Y será infalible? Pues no, no hay nada infalible, tendrás tus éxitos y tus fracasos a lo largo del trayecto. Es por ello que tendrás que tener en cuenta a los tres enemigos que te menciono al principio. Si consigues sortearlos, tu probabilidad de llegar a lo que quieres es mucho mayor.


¡Hasta la próxima semana!

2 comentarios:

  1. Excelente post Ana.Como bien dices, no hay cambio posible sin tener un norte claro, pero siempre todo cambio implica esfuerzo y cualquier esfuerzo requiere apoyarnos en nuestras fortalezas, de ahí lo importante que resulta el autoconocimiento del que has hablado en posts anteriores. Gracias por tus posts🔮

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  2. Gracias por enriquecer el post con tus comentarios María!!

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