Estos días se oye
hablar mucho de coordinación, de colaboración y de la eficacia de los flujos y
procesos de información entre distintas “unidades”. Se habla de esto porque, cuando nos enfrentamos a un entorno complejo y cambiante, el disponer de un buen
sistema que lo facilite es una ventaja crítica.
En la empresa
pasa lo mismo ¿O no?
De todo lo que me
va llegando estos días, hay cosas que me recuerdan al entorno empresarial:
1)
Un
buen diseño de los procesos es básico, pero no es suficiente. Al final son las
personas las que mueven las cosas, las que deciden o no prestarles atención,
las que los enriquecen, los empobrecen o sencillamente los obvian.
2)
El
tono de la relación entre “unidades” lo marcan quienes las dirigen, a todos los
niveles.
3)
Ninguna
“unidad”, ninguna persona, desarrolla el trabajo de forma perfecta. Pretenderlo
es peligroso. Si no se admite el error, si no se trabaja el error, nunca habrá
mejora. Cuando ensalzamos a una “unidad”, a una persona, sin fisuras, estamos
bloqueándola (1).
4)
Una
prioridad que muchas veces no tenemos en cuenta es el cuidar las relaciones.
Precisamente por la importancia creciente de la colaboración, de la
coordinación y de un flujo fluido de la información, cuidar la relación entre
las “unidades” (y las “unidades”, al fin y al cabo, son personas) es básico. Y
esto nos obliga a bajar al nivel de todas y cada una de las personas, y, sobre
todo, los mandos.
5)
Para
cuidar las relaciones es imprescindible tener en cuenta que no somos iguales.
Si no lo entiendes, con toda la buena intención del mundo puedes estar quemando
una relación sin darte ni cuenta. Y lo que obtienes es, aparte de una relación
quemada, una enorme sensación de frustración y un sentimiento de desconfianza
creciente.
6)
Las
emociones son imprescindibles, pero solamente en equilibrio con la
racionalidad. Moverse a golpe de emociones no es bueno, al igual que no es
bueno apartarlas.
La buena noticia
es que todo esto se aprende y se entrena. Ahora bien, no hay logro sin
propósito, no hay logro sin técnica, no hay logro sin entreno.
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