Estos días estoy
aprovechando para releer y pensar. Aunque hay gente que cree que lo bueno es
saber muchísimo de un tema y especializarse en él, a mí me gusta saber de
muchos temas y, sobretodo, de los relacionados con la persona. Es por esto que
he añadido hace poco a mi “cartera” un máster de nutrición y salud.
Cuando te
interesas por varios temas, hay momentos que para mí son un tesoro: los
momentos en que haces conexiones. Y de uno de estos momentos te hablo hoy.
Estaba repasando
en varios libros el tema de las vitaminas y la suplementación (1), y cuando
revisaba el caso de la vitamina D (2), tuve un flash: y es que en muchos
aspectos de la vida hay cosas en las que también tanto un déficit como un
exceso son perjudiciales, y en las que el punto óptimo varía con cada persona. Y
pensé en la metáfora de la educación y la pastilla de jabón: “Educar es como sujetar una pastilla de jabón.
Si aprietas mucho, sale disparada. Si la sujetas flojo, se te escurre. Hay que
encontrar el punto adecuado de firmeza”. Y ese punto de firmeza también
varía de persona a persona, hay quien necesita más y hay quien necesita menos.
No hay fórmulas,
ni recetas, ni acciones con resultados asegurados para todas las personas y
situaciones. Tampoco hay fórmulas, ni recetas, ni acciones cuyo resultado sea siempre
“a más, mejor”. Siempre hay un punto
de individualidad, y siempre hay un punto de ajuste adecuado.
Te interesa
conocerte y conocer al otro para captar ese punto de individualidad.
Te interesa ser
consciente de la importancia del ajuste, y conociendo las fórmulas, las recetas
y las acciones serás capaz de buscar en ellas ese punto para ti y para el otro.
No más “café para
todos”. No más “ande o no ande, el burro grande”. Pasar por la vida sin ser
consciente de ello quizás es eso, simplemente pasar...
Hasta la próxima
semana, pasa un feliz día, y otro, y otro…
(1) Te adelanto
que, excepto en casos de prescripción médica, no estoy a favor de tomar
suplementos. Ya te hablaré de esto en el nuevo blog de nutrición para que
puedas hacerte una idea y decidir con criterio.
(2) Cuando
tenemos un déficit de vitamina D entramos en el área de riesgo de la
hipovitaminosis, aumentando el riesgo de salud ósea y general. El beneficio que
nos aporta la vitamina D no es lineal, una vez sobrepasamos la concentración
óptima entramos directamente en el área de riesgo de la hipervitaminosis, con
consecuencias negativas para la salud. Existe un punto óptimo y éste no es
absolutamente universal ya que la actividad de la vitamina D depende de varios
factores intrínsecos y extrínsecos. Sí que es posible definir las áreas de
riesgo y son válidas para la mayor parte de la población, pero la concentración
óptima es individual.
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