sábado, 5 de agosto de 2017

Suficiente pero no excesivo



Estos días estoy aprovechando para releer y pensar. Aunque hay gente que cree que lo bueno es saber muchísimo de un tema y especializarse en él, a mí me gusta saber de muchos temas y, sobretodo, de los relacionados con la persona. Es por esto que he añadido hace poco a mi “cartera” un máster de nutrición y salud.

Cuando te interesas por varios temas, hay momentos que para mí son un tesoro: los momentos en que haces conexiones. Y de uno de estos momentos te hablo hoy.

Estaba repasando en varios libros el tema de las vitaminas y la suplementación (1), y cuando revisaba el caso de la vitamina D (2), tuve un flash: y es que en muchos aspectos de la vida hay cosas en las que también tanto un déficit como un exceso son perjudiciales, y en las que el punto óptimo varía con cada persona. Y pensé en la metáfora de la educación y la pastilla de jabón: “Educar es como sujetar una pastilla de jabón. Si aprietas mucho, sale disparada. Si la sujetas flojo, se te escurre. Hay que encontrar el punto adecuado de firmeza”. Y ese punto de firmeza también varía de persona a persona, hay quien necesita más y hay quien necesita menos.

No hay fórmulas, ni recetas, ni acciones con resultados asegurados para todas las personas y situaciones. Tampoco hay fórmulas, ni recetas, ni acciones cuyo resultado sea siempre “a más, mejor”. Siempre hay un punto de individualidad, y siempre hay un punto de ajuste adecuado.

Te interesa conocerte y conocer al otro para captar ese punto de individualidad.

Te interesa ser consciente de la importancia del ajuste, y conociendo las fórmulas, las recetas y las acciones serás capaz de buscar en ellas ese punto para ti y para el otro.

No más “café para todos”. No más “ande o no ande, el burro grande”. Pasar por la vida sin ser consciente de ello quizás es eso, simplemente pasar...

Hasta la próxima semana, pasa un feliz día, y otro, y otro…






(1) Te adelanto que, excepto en casos de prescripción médica, no estoy a favor de tomar suplementos. Ya te hablaré de esto en el nuevo blog de nutrición para que puedas hacerte una idea y decidir con criterio.

(2) Cuando tenemos un déficit de vitamina D entramos en el área de riesgo de la hipovitaminosis, aumentando el riesgo de salud ósea y general. El beneficio que nos aporta la vitamina D no es lineal, una vez sobrepasamos la concentración óptima entramos directamente en el área de riesgo de la hipervitaminosis, con consecuencias negativas para la salud. Existe un punto óptimo y éste no es absolutamente universal ya que la actividad de la vitamina D depende de varios factores intrínsecos y extrínsecos. Sí que es posible definir las áreas de riesgo y son válidas para la mayor parte de la población, pero la concentración óptima es individual.



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