lunes, 23 de abril de 2018

Reivindica tu derecho a decidir



¿Por qué esta obsesión por estar bien? Parece que si no estás bien la mayor parte del tiempo es que tienes que cambiar alguna cosa, tu pareja, tu trabajo, tus aficiones, tu actitud … o tienes que seguir algún tipo de terapia o curso.

La vida no es así. Pasan cosas que no nos gustan, tenemos que lidiar con personas que hacen cosas que no nos gustan, y no hay nada ni nadie que nos asegure un camino libre de ello. Emociones como la tristeza, o derivados como el desánimo, tienen su función, y no hay que evitarlos. Ahora bien, una cosa es estar en ellos lo que toca y como toca, y otra regodearse y abandonarse en el sentimiento.

Pensé en todo ello a raíz de esta entrevista:

No hay que negar el sufrimiento, ni esquivarlo, ni regodearse en él, hay que afrontarlo. 

Piensa en ello: lo que “nos viene” nos conviene saber afrontarlo, sin edulcorarlo y sin amargarse. Si “nos viene”, y perdonad la expresión, una putada, pues se encaja, lo mejor posible, y no es obligatorio buscarle ningún lado positivo. Una putada es una putada y punto. Y calificarlo como putada es mi decisión, y si lo es para mí, eso es: una putada. Nadie tiene porque convencerme de que no lo es, o de que es una oportunidad o… Si yo lo veo como putada es mi derecho, así como lo es desanimarme. También es mi derecho, si así lo decido, buscarle un sentido o verlo de cualquier otra forma. 

Ahora bien, eso no quita que he de saber que tengo la capacidad y la posibilidad de encajar lo que “me viene”, de afrontarlo de distintas formas, y que seguro las hay que me van a facilitar mi día a día y las que me lo van a complicar. Ahí radica el “truco”, aprender a escoger la forma en que encajo. 

Pregúntate si cómo lo estás encajando ahora te aporta valor o te lo resta. Si no te aporta valor, busca otra estrategia.





domingo, 15 de abril de 2018

La realidad es tozuda: no somos iguales


Algunas veces os he comentado cuanto me gusta encontrar paralelismos entre los distintos temas que trabajo… Y es que, al final, te das cuenta de que, en todo lo que se relaciona con personas, hay aspectos que se repiten una y otra vez.

Cuando cursé el máster de nutrición y salud me llamó la atención esta gráfica: 


La idea es la siguiente: esta gráfica nos muestra que cuando se realiza una investigación sobre los efectos de una intervención dietética (en este caso el objetivo es el colesterol total), existe siempre un grupo mayoritario en el que el efecto de la intervención se agrupa alrededor de un valor medio, así pues, en este caso se diría que la intervención X reduce el colesterol total. Pero si nos fijamos, existe un grupo pequeño de personas en las que la intervención X no solamente no reduce el colesterol total, sino que lo hace aumentar.  Y ya ves también que, para cada uno, la reducción, o el aumento, es distinto.

Al igual en que en nutrición, en todas las áreas que afectan a la persona, las recomendaciones, las estrategias que se difunden pueden entrar en estos “sacos”:

1) Las que tienen en cuenta “lo general”, es decir, las que pueden aplicarse a la mayoría de las personas (en mayor o menor grado). Serían las REGLAS GENERALES.

2) Las que tienen en cuenta “lo particular”, es decir, las que pueden aplicarse a grupos específicos de personas (en mayor o menor grado). Serían los CASOS PARTICULARES.

El peligro de las REGLAS GENERALES es olvidar que son generales, ya que hay casos en los que no se cumplen o, incluso, en los que los resultados son opuestos al esperado. 

La “vacuna” es:

Saberlo (el conocimiento) & Darse cuenta en cada persona


El peligro de los CASOS PARTICULARES es olvidar que son particulares, extrapolarlos puede dar muchos problemas.

La “vacuna” es la misma.

Las generalizaciones y simplificaciones nos ayudan a comprender, pero hay que ser consciente en todo momento de ello cuando los utilizamos para elaborar nuestras estrategias o para explicarnos lo que sucede (1). 

Ya ves, como siempre, te vale la pena aprender, tanto a nivel de conocer como a nivel de saber darte cuenta. Solamente así podrás sacar el máximo partido de tu vida, solamente así tendrás la capacidad de gestionar tus relaciones de forma que sean satisfactorias para ti y para el otro, de forma que no hagas daño por no saber, o por no saber ver.




(1) Te dejo como referencia otras entradas del blog que tratan este tema por si quieres profundizar:

-13/05/2017
-23/01/2017
-27/07/2016
-10/07/2016


sábado, 7 de abril de 2018

No somos islas


Muchas veces cuando leo algún articulo me resuena alguna frase y hago conexiones con otros temas o con el mismo tema, pero en un entorno diferente. Este artículo me ha despertado tres reflexiones:

1.- Cómo un cambio en el metabolismo puede desatar cambios de comportamiento

En otros posts ya he comentado ejemplos de lo frágiles que llegamos a ser, de como desequilibrios hormonales o traumatismos u otras causas “físicas” afectan a “lo que somos” de forma radical, transformándonos casi en otras personas.

Son casos extremos, espectaculares y muy llamativos, y nos permiten ver claramente que hay conexión entre lo “físico” y lo “mental”.  Quizás “descuidar” tu cuerpo no te lleve a nada similar, pero cambios sutiles sí que los habrá. Y la suma de cambios sutiles pueden acabar afectando mucho sin que te des cuenta.

2.- La alimentación tiene impacto en el metabolismo: su adecuada gestión es importante.

Somos complejos, y la alimentación, aunque importante, es solamente una de las múltiples caras del poliédrico diseño de nuestro bienestar. La nutrición, en algunos casos, tiene un papel muy importante, mientras que, en otros, tiene un papel más discreto, pero siempre tiene un papel. Y este papel se desarrolla primordialmente en el largo plazo.

3.- Muchos grandes logros son fruto de la colaboración: fomentarla en nuestro entorno es imperativo.

Nadie es una isla por completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra.” Hemos progresado a lo largo de los siglos gracias a la colaboración, y, hoy en día no es diferente. Es más, al ser cada vez más especialistas, al profundizar más, necesitamos colaborar para complementar conocimientos y competencias, para no perdernos en el detalle, para conectar puntos y crear.

Tal como escribió John Donne, no somos islas, somos parte de algo. Cuanta más diversidad hay en este “algo” más riqueza en potencia. Y digo en potencia porque la diversidad mal gestionada deriva irremediablemente en conflicto.