Muchas
veces cuando leo algún articulo me resuena alguna frase y hago conexiones con
otros temas o con el mismo tema, pero en un entorno diferente. Este artículo me
ha despertado tres reflexiones:
1.-
Cómo un cambio en el metabolismo puede desatar cambios de comportamiento
En
otros posts ya he comentado ejemplos de lo frágiles que llegamos a ser, de como
desequilibrios hormonales o traumatismos u otras causas “físicas” afectan a “lo
que somos” de forma radical, transformándonos casi en otras personas.
Son
casos extremos, espectaculares y muy llamativos, y nos permiten ver claramente
que hay conexión entre lo “físico” y lo “mental”. Quizás “descuidar” tu cuerpo no te lleve a
nada similar, pero cambios sutiles sí que los habrá. Y la suma de cambios
sutiles pueden acabar afectando mucho sin que te des cuenta.
2.- La
alimentación tiene impacto en el metabolismo: su adecuada gestión es
importante.
Somos
complejos, y la alimentación, aunque importante, es solamente una de las
múltiples caras del poliédrico diseño de nuestro bienestar. La nutrición, en
algunos casos, tiene un papel muy importante, mientras que, en otros, tiene un
papel más discreto, pero siempre tiene un papel. Y este papel se desarrolla
primordialmente en el largo plazo.
3.-
Muchos grandes logros son fruto de la colaboración: fomentarla en nuestro
entorno es imperativo.
“Nadie es una isla por completo en sí mismo;
cada hombre es un pedazo de un continente, una parte de la Tierra.”
Hemos progresado a lo largo de los siglos gracias a la colaboración, y, hoy en
día no es diferente. Es más, al ser cada vez más especialistas, al profundizar
más, necesitamos colaborar para complementar conocimientos y competencias, para
no perdernos en el detalle, para conectar puntos y crear.
Tal
como escribió John Donne, no somos islas, somos parte de algo. Cuanta más
diversidad hay en este “algo” más riqueza en potencia. Y digo en potencia
porque la diversidad mal gestionada deriva irremediablemente en conflicto.
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