martes, 29 de mayo de 2018

La historia es como sigue…




La historia es como sigue: 

Un hombre se dirige hacia la casa de su vecino con la intención de pedir un martillo prestado. Mientras sube las escaleras, empieza a imaginar la reacción del vecino: “¿Pensará que estoy abusando? ¿Qué no tengo para un martillo? Quizás no quiera prestármelo y busque cualquier excusa…”. A cada peldaño que sube, añade nuevos elementos negativos a la historia hasta que, al final, en cuanto el vecino abre la puerta, en lugar de pedirle el martillo le suelta: “¿Sabe qué le digo? Que no necesito para nada su maldito martillo. Adiós

¿Te suena?

Nuestra mente se encuentra incómoda en la incertidumbre, así que tiende a “crear” historias. Depende de cada uno la historia que se narre, la basamos en nuestras experiencias pasadas o en nuestros miedos o en nuestra forma de hablarnos y explicarnos lo que sucede.

Ante esto, lo primero es darse cuenta de estas narrativas (1), después un par de consejos:

Conocerte lo suficiente para reconocerlo en ti & preguntar, siempre preguntar y preguntarse, cuestionarse, no dar por supuesto.

Escucha lo que te dices, escucha las historias que te cuentas y descubre estas narrativas. A mí me funciona lo siguiente: cuando sucede que he creído que pasaba algo y luego descubro que me equivocaba, me recuerdo: Ana, cuidado con las historias que te cuentas. Tomo nota de la historia que me conté y de lo equivocada que andaba, e intento grabármelo profundo (2). Así la siguiente ocasión le dificulto a mi mente que me la juegue.

Busca tú tu estrategia.


(1) Ya ves, todo empieza con darse cuenta. Este “darse cuenta” se puede entrenar, creo sinceramente que este entrenamiento es una de las mejores inversiones que puedes hacer.

(2) Quizás te suene de los “anclajes” de PNL. Aunque se trabaja de distinta manera, al final se trata de que aprendas que la “construcción del escenario” es importante y que depende de ti.


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