Esto es lo que siempre me pregunto cuando me argumentan que “ahora no, que tengo otras cosas” o “no tengo tiempo” o similares. Parece que nunca es el momento ¿verdad?
Acéptalo:el estrés va a estar siempre presente en tu vida. Y eso no es para nada una mala noticia, es lo que hay. Solamente si estás muerto o vives una vida sin cambios o muy protegida de todo, en una burbuja, puedes esquivar al estrés.
El estrés no es malo, lo que lo hace más positivo o más perjudicial es:
1.- Cómo interpretamos las situaciones “complicadas” (1).
2.- Que tan “entrenados” estemos a enfrentarnos a ellas.
3.- Que tan “fuertes” físicamente nos encuentren estas situaciones.
4.- Cuánto conocemos sobre el estrés y las estrategias que mejor se adaptan a cada uno a la hora de gestionarlo.
5.- Que tan buenos somos en detectar y darnos cuenta de cómo estamos en cada momento, y de cómo nos está afectando el estrés.
6.- Cómo es nuestro entorno físico y social (2)
La gestión del estrés es pues poliédrica, como muchas cosas en la vida, así que es bueno prestar atención a todo el abanico de recursos que tienes a tu disposición.
Y uno de ellos es cómo mantienes tu cuerpo (3). Es un punto muy importante ya que cuando nos deslizamos hacia el lado “oscuro” del estrés, nuestra mente nos empuja a dejar de lado los hábitos de vida más saludables. ¡Qué ironía la de la mente! Cuando más necesitamos que nos ayude, más tiende a empujar hacia lo que no nos conviene ¿no?
Frente a todo ello, mejor estrategia que la de meramente evitar las situaciones difíciles, los cambios, la incertidumbre, los conflictos, es la de prepararnos y armarnos con todos los recursos para que, cuando toque enfrentarnos a una de estas situaciones (4), ya no solo contener los daños, sino conseguir darle la vuelta y que, en lo posible, en lugar de restar sume.
(1) Pongo “complicadas” pero podría poner situaciones de cambio, de conflicto, de incertidumbre, de inseguridad, de riesgo, etc…
(2) Un buen soporte social es básico para la gestión del estrés, está más que comprobado.
(3) Hay muchas cosas que podemos hacer desde el cuerpo para gestionar mejor el estrés. Las dos más básicas son evitar a toda costa el sedentarismo y la mala alimentación. Educarse uno mismo en qué buenas prácticas se requieren en ambos aspectos, o bien ponerse en las manos de profesionales competentes para que nos dirijan son buenas inversiones.
(4) Evitar este tipo de situaciones cuando conviene es también una muy buena opción. Hay que ser hábil en saber cuando toca cada cosa. Nadie dijo que vivir fuera fácil (sencillo sí, fácil no).
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