En la mayor parte de mis posts primero viene la idea, luego busco la documentación y, al final, cuando ya tengo el post redactado, redacto la noticia de Instagram. Esta vez ha ido al revés, primero publiqué una noticia en Instagram (navarro2185), luego leí una noticia y, al final, vino el post.
La noticia es: http://elcentinel.blogspot.com.es/2017/11/merece-la-pena-discutir-con-los.html. En este post del blog de centinel se habla del “templo de creencias” y de cómo construimos nuestra identidad alrededor de una serie de columnas, y de lo difícil que es que nos cuestionemos alguna de estas columnas.
Sobre este tema también es muy ilustrativa esta publicación: http://theoatmeal.com/comics/believe (la ilustración que sigue más abajo es de ahí).
Mis reflexiones (tú ya harás las tuyas):
1.- A menos columnas sostengan tu templo, menos estabilidad: si te falla una columna tu mundo se tambalea.
2.- A más rígidas las columnas, más frágil es tu templo: cualquier impacto puede hacer tambalearse tu mundo.
3.- Si no acometes trabajos de construcción y mantenimiento de la cimentación de tu templo, sus estructuras se oxidarán, y, cada año transcurrido, hará más complicada su actualización y adaptación al entorno.
Aferrarse a una estructura rígida te hace rígido, no te permite avanzar. En entornos cambiantes e inciertos es mucho mejor una estructura firme pero no rígida. Necesitas un “templo” que te permita dar sentido a tu vida, pero hay que construirlo bien, con las suficientes columnas y que éstas sean lo suficientemente flexibles, si no, es muy fácil que nos rigidice, que nos haga frágiles y nos ponga a la defensiva.
Pregúntate: ¿Cómo es mi templo? ¿Cómo me sostiene? ¿Qué pasa cuando una columna tambalea? ¿Las otras me afianzan? ¿Reviso mis columnas de vez en cuando? ¿Las pongo al día? ¿Las cuestiono lo suficiente y lo suficientemente a menudo?...
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