¡Hola! (1)
Una de
las cosas que me rondan últimamente por la cabeza es cómo hacer posible que uno
salga del “lo quiero ahora, que no me cueste esfuerzo y, además, que sea
emocionante”. Cualquier cosa que propongas que exija esfuerzo tiene muchos
números para fracasar. ¿Es que nos hemos vuelto perezosos? No, en absoluto. Lo
que nos tiene desbordados es la facilidad y rapidez con la que accedemos a
cosas que hasta hace poco costaba esfuerzo conseguir.
Una vez
nos acostumbramos a que nos pongan fáciles las cosas es complicado volver a
plantearnos esforzarnos por lo que queremos. Es más, lo que tradicionalmente se
había deseado y costaba conseguir, ahora está a nuestro alcance, no nos
requiere esfuerzo. Entramos sin darnos cuenta en un círculo vicioso que nos
priva de una satisfacción básica: lograr cosas.
Cuando
pienso en lograr cosas se me aparece la imagen de un niño, la cara que pone
cuando consigue hacer algo, el empeño que pone en conseguirlo…. es algo que
llevamos en los genes, algo que, si no lo cultivamos, se adormece.
Despertarlo
no requiere más que volver a sentir esa satisfacción. Cada instante podemos
proponernos pequeños logros: estar más en lo que estamos, ser más amables,
elegir sabiamente a lo que vamos a dedicar los próximos minutos… Cuanto más
despertemos nuestro gen del logro más fácil será que aquello que nos
propongamos lo consigamos. Cuanto más despertemos nuestro gen del logro más
reputación construiremos ante nosotros mismos, más sabremos que está en
nosotros el poder conseguirlo (2).
(1) Disculpa que haya tardado tanto en publicar: ¡2 meses! Nunca en
estos cuatro años había estado tanto tiempo desconectada del blog. Voy publicando
reflexiones cortas en mis páginas de Instagram, Facebook y LinkedIn, incluso un
artículo más largo en esta última plataforma, así que, ahora mismo, es más fácil
seguirme en estas plataformas.
(2) Esta TEDTALK habla de este tema desde otro punto de vista – también
muy interesante - https://www.youtube.com/watch?v=qxGapZbbI38-
La conferenciante - Mehrnaz Bassiri- nos recuerda
la importancia de no ignorar los pequeños logros, de que un pequeño logro trae
otro y otro y otro, que son los hábitos de cada día los que van sumando. Ella considera
que hoy en día nos hemos acostumbrado a generarnos grandes expectativas que nos
llevan a patrones de medir nuestro progreso muy inadecuados y que nos llevan fácilmente
al desánimo. Esto suma a lo comentado en el post y hace todavía más difícil que
nos veamos capaces de entrar en la dinámica del logro.
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