domingo, 30 de agosto de 2015

¿Cuál sería una postura corporal apropiada?

La postura apropiada es cuestión de una organización interior efectiva del cuerpo” Bruce Lee

Pues sí, al fin y al cabo se trata de efectividad y – añado- de eficiencia. La postura adecuada en cada momento nos tiene que ayudar a conseguir el resultado que buscamos y a conseguirlo de la mejor forma posible.

Así que lo primero que debemos plantearnos es cuál es el resultado que buscamos (1) y entonces decidir que postura es la apropiada.

Apuntaré en éste y próximos posts posibles resultados y postura corporal asociada, vosotros ya iréis decidiendo según lo que queráis obtener en cada momento.

Un posible resultado a buscar es transmitir al otro/s seguridad, relajación y apertura.  Está estudiado que una postura corporal como la que os describo a continuación (denominada VASE (2)) consigue este resultado.


V de vertical: una posición vertical transmite energía y elegancia.
A de abierta: una posición abierta transmite seguridad y apertura. Una posición abierta sería la de hombros relajados, apertura de pecho, cabeza centrada y erguida.
S de simétrica: la simetría se percibe como equilibrio y estabilidad.
E de estable: con la estabilidad transmites confianza. La estabilidad la obtienes en un buen apoyo, pies firmes apoyados en el suelo y ligeramente separados.


Y hago un apunte: los pies, los grandes olvidados. Los pies son nuestra conexión con la tierra, a través de ellos nos enraizamos, nos impulsamos, expresamos nuestras emociones… Los pies influencian enormemente nuestra postura y nuestro paso. Si pisamos bien nos percibirán y nos sentiremos distintos que si pisamos mal. Hablaré en otro post de los pies, su importancia y de cómo trabajarlos ya que influyen enormemente en cómo nos perciben y en cómo nos sentimos.



(1) Del libro “The silent language of leaders: how body language can help – or hurt – how you lead”  de Carol Kinsey Goman, un libro muy recomendable, os dejo este trozo:

La autora explica que al final de una presentación brillante, motivadora, el presidente de la compañía invita a la audiencia a hacer preguntas mientras cruza los brazos. “Inexplicablemente” el ambiente cambia y nadie se anima a hacer preguntas. La autora nos dice “¿Por qué suponéis que hizo ese gesto de cierre justo cuando estaba pidiendo a la audiencia que se abriera? Podría haber habido muchas razones. Quizás simplemente estaba más cómodo en esa postura. Podría haber tenido frío. O ser un gesto que le ayudaba a pensar mejor ante las preguntas. Pero nunca le pregunté la razón porqué la razón no importa. La razón nunca importa. Lo que importa es ayudar a entender cómo tus expresiones, gestos, contacto visual, uso del espacio, postura, y todos los aspectos de tu comunicación no verbal van a ser probablemente interpretados por otros y como estas interpretaciones van a afectar a su comportamiento

(2) Os dejo un link a un breve vídeo en el que Teresa Baró nos explica la postura VASE: https://www.youtube.com/watch?v=Z-0WXiUeQ_U

Teresa es una gran profesional de la comunicación y una bellísima persona. Os recomiendo su libro “La gran guía del lenguaje no verbal”. Ahí encontraréis mucha información útil sobre el lenguaje no verbal así como indicaciones muy prácticas y orientadas a conseguir resultados.

domingo, 23 de agosto de 2015

¿Atiendes a tu cuerpo?

Y no me refiero a si te cuidas más o menos, me refiero a si estás atento a cómo te mueves, a cómo te apoyas, a si hay tensión o no y dónde, a cuando surge …

¿Y eso para qué? Pues por ejemplo y para empezar:

1.- Tu cerebro registra en cada momento tu posición y reacciona neurobiológicamente en consecuencia: cómo gestionas tu cuerpo te afecta.

2.- Cuando te relacionas con los demás, en los primeros 7 segundos, y mayormente de forma inconsciente, creas una impresión sobre tu credibilidad, confiabilidad, estado de ánimo,…. y eso lo haces a través de tu postura, tu uso del espacio, tus gestos, tus expresiones faciales, tu mirada… : cómo gestionas tu cuerpo les afecta.

3.- A lo que percibes a través de tus sentidos, sigue una lectura emocional. Y el papel que juegan tus emociones en tu vida es importantísimo. Todo lo que puedas reconocer y gestionar antes de que surja tu reacción tendrá efectos muy beneficiosos: atender a tu cuerpo te da espacio de reacción emocional.

En las próximas entradas del blog iré desgranando diversos aspectos sobre el uso del cuerpo y su impacto, en ti y en los demás.



domingo, 16 de agosto de 2015

¿Vivir el presente? Mejor vivir donde toque en cada momento ¿no?

Estoy leyendo “Mindfulness para reducir el estrés” de Bob Stahl y Elisha Goldstein. Es un muy buen libro que nos lleva a través del proceso seguido en los Programas de Reducción del Estrés diseñados por el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts (1).

En la página 46 se dice “¿Por qué no estar en el presente si es el único lugar en el que, en realidad, podemos estar? Si pensamos en lo que el futuro nos depara, o cavilamos sobre lo que ocurrió en el pasado, acabamos perdiéndonos”. Seguramente también vosotros habéis oído y/o leído frases como ésta cuando se trata el tema mindfulness.

Bien, si no tenemos en cuenta el contexto y centramos nuestra atención en esta frase y decidimos vivir nuestra vida de acuerdo con ella, en toda su literalidad, podríamos estar dirigiéndonos directamente hacia el desastre… Y es que. por supuesto que hay que estar en el presente, no hay duda al respecto, pero no estar ahí siempre. Estar en el pasado también tiene su momento y su utilidad, y lo mismo podemos decir del futuro. ¿Cómo aprenderíamos si no estuviéramos de vez en cuando en el pasado?, ¿Cómo evolucionaríamos si no estuviéramos de vez en cuando en el futuro? Planificar las vacaciones, recordar las vacaciones, ¿no es también algo que merece la pena?

La necesidad de “vivir en el presente” surge en un momento en el que por el ritmo de vida, los avances tecnológicos, la sobrecarga de estímulos, entramos en una dinámica en la que nos olvidamos de que hay un presente, y que hay que vivirlo también. La frase “vivir en el presente” surge como contrapeso y tiene su sentido como tal.

En mi opinión (2) cuando los autores de “Mindfulness para reducir el estrés” escriben esta frase, en su mente está el pensar en el pasado en su versión de “rumiación” (darle vueltas y más vueltas y más vueltas a lo que pasó y por qué pasó y por qué no lo vi venir…) y el pensar en el futuro en su versión de “ahora no, ya seré feliz cuando…”, y es que estas versiones no son estar o vivir, son malestar o malvivir, y para desbloquear estas versiones sí es una buena estrategia aprender a vivir en el presente.

Lo que os digo: hemos sido dotados de capacidad para cuestionarnos lo que nos llega, hagámoslo y no caigamos en el error de aceptar sin filtro alguno lo que nos llegue.


(1) La reducción del estrés basada en la atención plena (Mindfulness-Based Stress Reduction - MBSR) es un programa creado a finales de los 70 por el doctor Jon-Kabat-Zinn en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts que utiliza técnicas de atención plena y está orientado a aliviar el dolor y mejorar el bienestar físico y emocional de individuos que padecen una variedad de enfermedades o trastornos https://www.youtube.com/watch?v=8Is6K7bBd2Q

También os dejo el link a un breve video de youtube donde se describe qué es mindfulness: https://www.youtube.com/watch?v=P-4t7I9Tf9M

(2) Os dejo este link a un vídeo de Jon-Kabat-Zinn en el que nos habla de que es mindfulness. Insiste en el mensaje  de que hay que vivir en el presente, pero veréis que lo encuadra en una situación en la que identifica vivir en el pasado y vivir en el futuro con estados de preocupación y rumiación. https://www.youtube.com/watch?v=HmEo6RI4Wvs


Os traduzco el trozo en cuestión: en el minuto 1:35 nos dice “[…] empleamos muchísimo tiempo en planificar y preocuparnos por el futuro y muchísimo tiempo en rumiar sobre el pasado, quien hizo que a quien, o por qué funcionó así, y, el momento presente, que es el único momento en que estamos viviendo, el único momento en que podemos aprender algo, expresar amor u otra emoción, el único momento en que podemos estar en nuestro cuerpo, el único momento en qué podemos oír, ver, oler, tocar… comunicar, este momento presente está completamente comprimido entre la preocupación por el futuro y la preocupación por el pasado[…]”

domingo, 9 de agosto de 2015

Según se mire todo depende…

No hay fórmulas mágicas, y eso se debe a que somos cada uno, a nuestra manera, únicos e irrepetibles. Tampoco hay dos situaciones iguales ni todos buscamos lo mismo en cada momento.  ¿Qué quiero decir con esto? Pues que las “fórmulas” que encontramos en blogs, libros, conferencias, que nos indican los amigos, conocidos, etc… no son literalmente aplicables para todo, para todos, para todo momento, toda ocasión o todo lugar.

Buda decía “No creas directamente lo que se te dice, o aquello que ha pasado de generación a generación, o lo que es creencia común, o lo que se diga en las escrituras. No aceptes algo como verdad meramente por deducción o inferencia, o por su apariencia externa, o por ser acorde a una cierta opinión, o por ser plausible o porqué tu maestro así lo dice.  Créelo cuando lo hayas experimentado como cierto”.

En definitiva, hay que recurrir siempre al sentido común. Hay que revisar los para qué, para quien, cuando, donde,…

Hace poco leí un libro “Focus: use differents ways of seeing the world for success and influence” de Heidi Grant Halvorson Ph. D., E. Tory Higgins Ph. D.  y me hizo pensar acerca de qué fácil es simplificar y generalizar sin tener en cuenta todos los matices. En este libro, en el capítulo 2, se hace una reflexión interesante sobre el optimismo y todas las publicaciones que sobre el mismo se han difundido en los últimos años. Si atendemos a cierta parte de estas publicaciones y al mensaje que destilan, o bien al mensaje que capta el lector (1), parece que ser optimista es la solución y condición sine qua non para ser feliz (2). Y así parece que ser optimista puede ser verdaderamente una muy buena cosa comparado con ser pesimista…. para algunas personas, en algunas ocasiones. Y es esto lo que no leemos, no escuchamos o sencillamente no se dice. Hay gente que, tomando literalmente lo que se publica sin aplicarle una cierta reflexión ha emprendido caminos que han acabado perjudicándoles.

Tal como comentaba en otro post, solamente si tu forma de ser y actuar interfiere con tu día a día y limita tu felicidad, te causa daño a ti o a otros, o te impide conseguir aquello que pretendes, deberías considerar cambiar alguna cosa. Y solamente después de esta reflexión sobre cómo eres y actúas, qué quieres cambiar, para qué, cuando y donde, hay que buscar el cómo.

(1)    Cada uno captamos aquella información a la que dirigimos nuestra atención, obviando el resto.
(2)    Es cierto que hay numerosos estudios que validan que – comparado con los pesimistas – los optimistas disfrutan de mejor salud y se recuperan mejor de las enfermedades, se ajustan mejor a los cambios, disfrutan de mejores relaciones y es más probable que consigan sus objetivos…


xxx