jueves, 17 de marzo de 2016

¿Haces lo que quieres, quieres lo que haces o ni lo uno ni lo otro?


"Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace"— Jean Paul Sartre

En el post de la semana anterior sobre la gestión del tiempo, hablaba de utilizar la creatividad para hacer que aquello que me ocupa más tiempo, en el qué, en el cómo lo hago o con quien lo hago, se acerque a lo que más me importa. Y me acordé de este vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=o0M34EjmBuo

Cuando hacemos cualquier cosa en nuestra vida siempre podemos escoger la actitud con que la hacemos. No digo que sea fácil, no lo es, pero siempre podemos hacerlo. En este vídeo veréis una propuesta para aplicarlo (1)

Os transcribo el contenido:

Estando en una conferencia sobre motivación y compromiso, Marshall Goldsmith observó que las presentaciones se centraban en aquello que la empresa podía hacer para incrementar el compromiso de sus empleados y ni se mencionaba qué podían hacer los empleados. Y eso le llevó a reflexionar: quizás el reto no es lo que como compañía puedes hacer para lograr ese compromiso, sino lo que puedes hacer tú como empleado (2) 

Por su trabajo Marshall Goldsmith vuela muchísimo, y en cada ocasión, observa como conviven en el mismo trayecto personal de vuelo entusiasta, sonriente, energizado y personal de vuelo negativo, apagado, enfadado y cínico ¡En el mismo vuelo! El mismo avión, el mismo uniforme, el mismo programa de motivación de empleados… ¿Cuál es la diferencia? No es lo que hay fuera, es lo que hay dentro lo que marca la diferencia.

Explica una sencilla técnica que podemos usar en cada reunión, en cada contacto, una técnica que nos hará más felices, más comprometidos. Y es que en ese vuelo de tres horas, con el personal de vuelo desmotivado, el que realmente pierde no es ni la compañía ni el cliente, el que realmente pierde es ese personal de vuelo, que pierde tres horas de su vida siendo una persona infeliz.

La técnica: imagina una situación muy usual, tienes que ir a una reunión que prevés pesada, power points inacabables, será una pérdida de tiempo…. ¿Te suena? Ahora quiero que imagines que al final de la reunión te van evaluar a través de 4 preguntas, cada pregunta empieza por un ¿HICE LO POSIBLE PARA…?

1.- Estar feliz
2.- Encontrar sentido a la experiencia
3.- Crear o reforzar relaciones positivas con los otros
4.- Estar ahí, totalmente presente y enfocado

Si supieras que te evaluarán a través de lo que respondas a estas 4 preguntas, ¿harías algo distinto?¿Cómo lo harías. Marshall Goldsmith ha preguntado esto a miles de personas alrededor del mundo y todavía nadie ha contestado “hubiera hecho lo mismo”. Han contestado siempre cosas como “hubiera mostrado más interés”, “hubiera prestado atención”, “hubiera preguntado”….y entonces les plantea, ¿por qué no te evalúas a ti mismo? Porque si tú estás ya en esa reunión, si esa hora está ya “en marcha” y si tu estás desmotivado y desconectado, ¿quién es el perdedor? Rétate en cada reunión, ¿estoy haciendo lo posible por ser feliz, por encontrarle significado, por estar conectado, por crear relaciones positivas? Si te retas así en cada reunión, ¿qué crees que va a empezar a suceder? Primero, vas a ser mucho más productivo en la reunión y segundo….vas a tener una vida mejor.

     (1)  Aunque se enfoca a la vida laboral, podéis hacer un paralelismo directo a la vida personal
     (2)   Aquí añadiría que – aparte de que el empleado busque su compromiso - la empresa  siempre tiene la responsabilidad de crear el entorno que como mínimo no lo impida o dificulte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario