"Son
nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras
habilidades" Albus Dumbledore (Harry Potter)
La semana pasada te hablaba de entrenar la
atención y de cómo podías enfocar el entrenamiento. Y utilicé el símil de
prepararse para una expedición.
Cuando preparamos una expedición lo primero
que decidimos es el destino. Sin destino (1) no hay expedición posible.
Sabiendo el destino podemos empezar a prepararnos: ¿cuál es la mejor ruta? ¿con
qué medios de transporte contaré?¿tengo la suficiente experiencia?¿tengo la
suficiente energía?¿necesito o quiero compañía? ¿de cuanto tiempo o dinero
dispongo?¿voy a ir ligera de equipaje?¿cómo me voy a orientar?¿cómo sabré si
voy bien?...
Un aspecto básico es conocer de qué recursos
dispongo, qué me va a ser más fácil y qué más difícil para así anticiparme y
prepararme adecuadamente. El autoconocimiento será
pues el pilar de mi expedición. Saber de dónde parto me va a permitir encarar
mejor mi viaje. Es evidente que si no sé de dónde parto, difícilmente voy a
poder llegar a destino.
Cuando algunos piensan en autoconocimiento muchas veces lo
descartan por creer que ya saben lo suficiente de sí mismos, por no ver ventajas
en conocerse y, en muchas más ocasiones de las que pensamos, lo que menos
soportan es estar solos consigo mismos (2)
Otra inquietud que muestran algunos
ante el autoconocimiento
nace de la idea de que un test, del tipo que sea, pueda determinarles y
cerrarles opciones. Tal como comentaba en el post de 27 de febrero de 2015, cada
manera de ser y de sentir tiene su lugar en este mundo, no hay una forma de ser
única a la que todos debamos aspirar. Hay quien será feliz en la tranquilidad,
la seguridad, la rutina y otro que solamente será feliz en la aventura, aunque
ésta sea peligrosa. Pero conocer esto no nos obliga en absoluto a seguir el
camino que nuestras preferencias puedan marcar.
Lo que es evidente es que sabiendo cuáles son
nuestras preferencias podremos tanto decidir el destino como diseñar la
expedición de la forma más adecuada. El tener unas preferencias no nos
determina en absoluto, solamente nos informa de la cantidad de de energía que
vamos a tener que invertir durante el camino. Ahí es donde se encuentran la
libertad de elegir y la conciencia de saber lo que elijo.
(1) Intención
(2) http://science.sciencemag.org/content/345/6192/75
- En este experimento se vio que 2/3 de los hombres y un 25% de las mujeres
preferían darse electrochoques a estar solos en una habitación durante 15
minutos.
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