domingo, 26 de junio de 2016

¿Existe una separación entre cuerpo y mente?


“¿Existe una separación entre
cuerpo y mente y, de ser así,
con cuál de los dos conviene
quedarse?

Woody Allen en “Getting Even”

¿Cuerpo? ¿Mente? Desde hace siglos es un tema ampliamente debatido. Venimos, sin embargo, de una época en la que ha predominado la concepción de que cuerpo y mente son dos cosas distintas y, aunque muy lentamente, poco a poco, conforme los avances de la ciencia van realizando validaciones, vamos recuperando el concepto de mente y cuerpo como uno solo.

Volviendo a las emociones, y relacionado con lo anterior, hoy introduzco un tema importante que nos ayuda a la hora de la regulación emocional: la conexión de la emoción con la sensación en el cuerpo. Toda emoción se inicia en el cuerpo, y eso nos sirve para detectarla antes de que nos embargue, ya que el cuerpo “ve” antes las emociones que nuestro consciente.

Os dejo dos links interesantes:

http://www.pnas.org/content/111/2/646.full : un estudio finlandés que nos muestra la topografía de las emociones en el cuerpo. “Here we used a topographical self-report tool to reveal that different emotional states are associated with topographically distinct and culturally universal bodily sensations; these sensations could underlie our conscious emotional experiences.”

http://www.paulekman.com/atlas-of-emotions/ : nos ofrece un precioso viaje visual al mundo de las emociones de la mano del – quizás – mayor experto en el tema: Paul Eckman.

Una reflexión: ahora que sabemos que el componente emocional influye enormemente en nuestra vida, ¿somos conscientes ya de la importancia de tener una adecuada regulación emocional?

Dos ejercicios:

1.-Conectarnos con nuestro cuerpo para acercarnos a las sensaciones, reconocerlas y darles espacio (ejercicio 1 descrito en el post de 17 de abril)

2.-“Darnos cuenta” de que emociones nos surgen y cómo nos hacen actuar, discernir si estos comportamientos son los adecuados (ejercicio 2 descrito en el post de 24 de abril)

Anímate a seguir con los ejercicios y, si todavía no has empezado, anímate a empezar. Los cambios van a ser sutiles pero te aseguro que dentro de un tiempo te darás cuenta o, como me pasó a mí,  se darán cuenta. Y quizás tengas la suerte que tuve yo de tener a alguien que me dijo “antes eras el directivo que menos me gustaba, con el que nunca trabajaría, ahora eres el directivo que más admiro”. Eso vale un imperio.


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