martes, 19 de julio de 2016

Identifica tus “DESENCADENANTES HABITUALES”

Cuanto más atentos estamos, menos probable es que cualquier desencadenante, incluso en las circunstancias más mundanas, pueda provocar comportamientos precipitados e irreflexivos que conduzcan a consecuencias indeseadas”. Marshall Goldsmith

¿Para qué sirven las emociones? Las emociones nos preparan para manejar lo que sucede en nuestro entorno sin que tengamos que entretenernos mucho a pensar en lo que hay que hacer.

¿Qué pasa cuando surge una emoción? Las emociones provocan cambios en…

1 … nuestro cerebro para incitarnos a que nos ocupemos de lo que ha desencadenado la emoción.

2 … nuestro sistema nervioso autónomo, que regula el ritmo cardíaco, la respiración y otras funciones corporales que nos preparan para la acción.

Recuerda el proceso de generación de la emoción:

SUCESO X è EVALUACIÓN è EMOCIÓN

SUCESO: continuamente están sucediendo cosas en nuestro entorno. Cosas de las que tenemos consciencia, y otras de las que no somos conscientes (1).

EVALUACIÓN: continuamente estamos evaluando de forma automática (2) lo que sucede, y cuando detectamos algo relevante para nuestro bienestar o supervivencia, se desencadena la EMOCIÓN

Al realizar el ejercicio que te propongo en el post de 24 de abril (Cuaderno de Bitácora Emocional), poco a poco irás identificando TUS DESENCADENANTES HABITUALES. Con atención y una actitud curiosa, irás desentrañando tu mapa emocional.

Como ejemplo te pongo algunos de MIS DESENCADENANTES HABITUALES (algunos son universales, otros son muy míos J):

1: La posibilidad de caer (físicamente)
2: El rechazo
3: La desconsideración
4: La divagación
5: El servilismo

Cuando percibo alguno de ellos, es fácil que, antes de darme cuenta, ya esté sumergida en la emoción (3): SON – entre otros - MIS DESENCADENANTES HABITUALES.

(1) Nuestro consciente puede manejar aproximadamente de 5 a 9 unidades de información en cada momento, mientras que nuestro inconsciente puede manejar unos 2,3 millones de unidades de información.

(2) La mayor parte de evaluaciones que realizamos son automáticas. Como todo en la vida hay ventajas en que lo sean (no perdemos energía ni tiempo) y también hay desventajas en que lo sean (a veces no son todo lo adecuados en según que situaciones). Precisamente el trabajo que te propongo es tomar consciencia de los automatismos, conocerlos, revisarlos y ver si realmente son adecuados para nuestra INTENCIÓN en un contexto dado.

(3) Poco a poco, al ir entrenando el DARSE CUENTA a través del ejercicio que os propongo en el post de 17 de abril me es más fácil identificar la emoción antes de que me embargue. Asimismo, también soy más capaz de prepararme para las situaciones en las que estos desencadenantes puedan presentarse, y así controlar mejor el proceso emocional.


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