sábado, 29 de abril de 2017

¿Cómo te ayuda prestar atención a lo que pasa en tu cuerpo?


Lo primero que te aporta prestar atención a tu cuerpo es identificar tus emociones en el momento en que se desatan. ¿Y por qué es importante? Una emoción nace débil y se refuerza rápidamente. Seguro que sabes de que te hablo: has visto miles de veces cómo lo que se inicia como un descontento pasa rápidamente a enfado y se desata en ira. Y sabes que cuando está completamente desatada la ira, más vale no intervenir ya que nada de lo que hagas o digas podrá tener otro efecto que incrementarla. En estos momentos lo mejor es dejar que descargue y se apacigüe. El único momento en que puedes intervenir es en su nacimiento. La única forma de identificar que está naciendo es sentirla en tu cuerpo (1) ¿Te parece que regular tus emociones es importante? Pues si es así, aprende a escuchar tu cuerpo.

Esta semana leía un artículo del New York Times de enero 2016 (2) en el que nos dicen “Para una mejor gestión del estrés, escucha tu cuerpo”. Cuando nos enfrentamos al estrés experimentamos cambios en nuestro cuerpo: varía nuestra respiración, nuestro ritmo cardíaco y los niveles de hormonas circulantes se modifican. La capacidad que tenemos de volver a nuestro estado “normal” después de un suceso estresante es lo que se denomina resiliencia. Y este artículo nos habla de que la clave de la resiliencia puede estar en cómo escuchamos a nuestro cuerpo ¿Te parece que la resiliencia es importante? Pues si es así, aprende a escuchar tu cuerpo.

Estos estudios se han realizado también sobre atletas de élite y marines. Y los resultados se confirman.

¿A qué esperas?

¡Hasta el próximo domingo! Pasa una feliz semana.

Notas y recursos adicionales

(1) Posts de 26 de junio y de 19 de julio de 2016



sábado, 22 de abril de 2017

¿Usar la respiración? ¿Yo? ¿Para qué?




¿Usar la respiración? ¿Para qué?

He publicado diversos posts al respecto de la respiración (1) y hoy insisto. Insisto porque quiero que lo pruebes y lo conviertas en una herramienta para facilitar tu relación con la vida.

Puedes revisar el ejercicio que te propuse en: http://anavarrocasas.blogspot.com.es/2016/04/mis-primeros-pasos.html

Cuando propongo este ejercicio hay distintas reacciones:

-Los hay que nunca se dieron cuenta antes de que les cuesta concentrarse en su respiración.
-Los hay que dicen que no consiguen desconectarse de sus pensamientos, que su mente bulle, que no se relajan.

Y los hay que ni siquiera lo prueban y, por supuesto, los que dicen que les es sencillo y que no ven para que les sirve. Piensan que este ejercicio es para los que están estresados, que ell@s no lo están, ni son obsesivos ni nada de eso, que es para gente que tienen problemas. Bueno, pues no es así. Sigue leyendo y lo verás.

Si te cuesta durante la práctica el gestionar el tema de los pensamientos, encontré un vídeo muy gráfico que lo explica muy bien: https://www.youtube.com/watch?v=ragM3CI0USA

Ya ves, no se trata de “poner la mente en blanco”, se trata de ser capaz de darte cuenta de tus pensamientos y saber dejarlos ir. ¿Te acuerdas del post sobre placar-fluir? (2), no se trata de “matar” o “placar” pensamientos, se trata de que seas consciente de ellos y seas capaz de decidir qué atención les prestas.

Por si te sirve te explico mi experiencia: cuando estoy agobiada mi mente va a mil, dando vueltas y más vueltas, enredada en el tema que me agobia. Me siento y me centro en mi respiración, pero mi mente salta y salta.

Respiro una vez,
dos, y
“me queda solamente hoy para entregar el trabajo”
“tengo que organizarme”
“pues si es como ayer...”
“tengo que acordarme de renovar la suscripción”
ai…
respiro una vez,
dos,
tres,
cuatro,
“que no se me olvide llamar a…”
“ufff y llamar a…”
ai…
respiro una vez,
dos,
tres,
cuatro,
cinco,

Poco a poco me voy dando cuenta que mi corazón late más despacio, y que mi respiración se va volviendo más fina. Van surgiendo pensamientos, y tanto me da. No me esfuerzo en apartarlos, no me esfuerzo en que no surjan, me centro en mi respiración, en ir viendo cómo se va afinando, y cómo todo mi cuerpo se ralentiza al ritmo de la respiración. No se trata de escapar, se trata de aprender a pausar y a observar qué sucede, sin quedar atrapado en el reaccionar, para así poder actuar con claridad.

Conforme vayas practicando verás que no tan solo te es más fácil la práctica, sino que en tu día a día eres más consciente de tus pensamientos, de cómo te afectan y sabrás tomar perspectiva. Reconocerás tus patrones y serás más capaz de regularte. No es solamente útil para las personas que entráis en bucle, es igual para los que dejáis las cosas para mañana, los impulsivos, los que no fijáis hábitos, los que no sabéis salir de vuestras rutinas, los que saltáis de una idea a otra, … Es útil para todos, ya que se trata de conocer tus patrones mentales, conocer tu mente, cómo te afecta y saber tomar distancia.

Además, que lo sepas, tu respiración está directamente conectada a tus emociones, así pues, influye en tu estado de ánimo. Es pura fisiología (3). Aprender a gestionarla es aprender a regularte.

No pierdas la oportunidad, empieza a practicar.

¡Feliz día de Sant Jordi y hasta el próximo domingo! Pasa una feliz semana.

Notas y recursos adicionales

(1) 26 de noviembre 2015, 17 de abril 2016, 8 de mayo 2016, 16 de mayo 2016
(2) 29 de noviembre 2016









sábado, 15 de abril de 2017

No saber gestionar ese momento puede arruinarte el día


Esta mañana me he levantado temprano (1) con la idea de escribir el post. Lo tenía ya todo preparado, el tema, los artículos … pero no venía la inspiración. Estos días voy apurada de tiempo, tengo que entregar trabajos y pasar exámenes, así que cada minuto cuenta. Conforme el reloj avanzaba, yo notaba que me tensaba y empezaba a pensar en todo lo que me quedaba pendiente. Quería dedicarle solamente una hora, y a los 56 minutos todavía no había escrito una línea (2)

Pero tengo una gran suerte: el hecho de escribir y formar sobre la gestión del estrés y el equilibrio de la mente me obliga a gestionar estos temas en mi día a día. Si no me aplico lo que enseño, si no te cuento desde lo que yo practico, no tiene sentido, ¿Cómo vas a sentir que lo que te digo vale la pena? (3)

Mi primer impulso era seguir ahí, tozudamente sentada ante el ordenador, hasta que surgiera la inspiración. Pero en el fondo yo sé que eso a mí no me ayuda, sé que acabaré invirtiendo un tiempo enorme sin resultado, y que eso me “torcerá” el día. Así que lo que he hecho es respirar hondo y darme 10 minutos para escribir lo que se me pasa por la cabeza y, luego, observar mi respiración. Me he dicho: 10 minutos, y si todavía quiero aferrarme a ello, sigo (4).

He plasmado por escrito cómo me sentía. Cuando plasmas por escrito algo, en cierta manera le quitas fuego. El plasmar por escrito te lleva a ser consciente de aquello que estás escribiendo, te obliga a ponerle palabras y tono. Y eso he hecho. A continuación, he observado mi respiración hasta que ha sonado el avisador. Los 10 minutos habían pasado, y había logrado desengancharme de la situación, he reorganizado el día de forma que pudiera encajar otro momento para redactar, y he seguido con otras cosas, prestando atención a mi postura, siempre abierta, barbilla arriba y una sonrisa (5)

Cada uno tenemos nuestros “momentos peligrosos” (6), si sabemos cuáles son, si sabemos identificar rápido que estamos entrando “en bucle”, si sabemos dar el espacio para detener la reacción, podremos tener muchos más momentos de los que valen la pena.

Nadie nace enseñado. A mí me gustaría haber empezado a aprenderlo antes, pero agradezco la oportunidad que me ha dado la vida de descubrirlo y entrenarlo. Voy cosechando poco a poco más momentos de esos que valen la pena, y voy erradicando, poco a poco, momentos miserables que no me aportan nada. Te invito a ti a hacerlo también, créeme, vale la pena.

¡Hasta el próximo domingo! Pasa una feliz semana.

Notas y recursos adicionales

(1) Los que me conozcáis ya os estaréis diciendo “si, si, temprano, como todos los días” ;)

(2) ¿Te acuerdas de los posts de 26 de junio y de 19 de julio de 2016? En estos posts te explicaba la importancia de poder sentir en tu cuerpo cuando se inicia una emoción. Así puedes intervenir antes de que la emoción entre en una etapa en la que ya está totalmente desencadenada y ya no te deja actuar, es ya todo reacción. Yo esta mañana he sentido en el cuerpo que estaba iniciando una cuenta atrás hacia una situación que – para mí – es de las que si no gestiono bien me destrozan el día. Es bueno que identifiques aquello a ti que te hace entrar en bucle, así podrás actuar y reconducir antes que sea demasiado tarde.

(3) ¿Te acuerdas del post sobre el reencuadre? Es el post del 5 de noviembre de 2016. En este post te hablaba su poder. Depende de cómo interpretes la situación, la vivirás de una forma u otra. A mí me va de miedo aprovechar las situaciones de estrés para comprobar mis recursos, para ver si funciona. El interpretar esta situación como una oportunidad para entrenarme me ayuda a darle la vuelta.  

(4) Lo de los 10 minutos es un recurso (será el quinto del pack) del que te hablaré más adelante. Del recurso de la respiración te hablé en el post del 17 de abril de 2016 y tengo previsto ampliártelo – si nada se tuerce – la próxima semana.

(5) Si, si, la sonrisa forma parte de la postura (post del 15 de octubre de 2016)

(6) ¿Te acuerdas que los llamábamos desencadenantes habituales?