sábado, 22 de abril de 2017

¿Usar la respiración? ¿Yo? ¿Para qué?




¿Usar la respiración? ¿Para qué?

He publicado diversos posts al respecto de la respiración (1) y hoy insisto. Insisto porque quiero que lo pruebes y lo conviertas en una herramienta para facilitar tu relación con la vida.

Puedes revisar el ejercicio que te propuse en: http://anavarrocasas.blogspot.com.es/2016/04/mis-primeros-pasos.html

Cuando propongo este ejercicio hay distintas reacciones:

-Los hay que nunca se dieron cuenta antes de que les cuesta concentrarse en su respiración.
-Los hay que dicen que no consiguen desconectarse de sus pensamientos, que su mente bulle, que no se relajan.

Y los hay que ni siquiera lo prueban y, por supuesto, los que dicen que les es sencillo y que no ven para que les sirve. Piensan que este ejercicio es para los que están estresados, que ell@s no lo están, ni son obsesivos ni nada de eso, que es para gente que tienen problemas. Bueno, pues no es así. Sigue leyendo y lo verás.

Si te cuesta durante la práctica el gestionar el tema de los pensamientos, encontré un vídeo muy gráfico que lo explica muy bien: https://www.youtube.com/watch?v=ragM3CI0USA

Ya ves, no se trata de “poner la mente en blanco”, se trata de ser capaz de darte cuenta de tus pensamientos y saber dejarlos ir. ¿Te acuerdas del post sobre placar-fluir? (2), no se trata de “matar” o “placar” pensamientos, se trata de que seas consciente de ellos y seas capaz de decidir qué atención les prestas.

Por si te sirve te explico mi experiencia: cuando estoy agobiada mi mente va a mil, dando vueltas y más vueltas, enredada en el tema que me agobia. Me siento y me centro en mi respiración, pero mi mente salta y salta.

Respiro una vez,
dos, y
“me queda solamente hoy para entregar el trabajo”
“tengo que organizarme”
“pues si es como ayer...”
“tengo que acordarme de renovar la suscripción”
ai…
respiro una vez,
dos,
tres,
cuatro,
“que no se me olvide llamar a…”
“ufff y llamar a…”
ai…
respiro una vez,
dos,
tres,
cuatro,
cinco,

Poco a poco me voy dando cuenta que mi corazón late más despacio, y que mi respiración se va volviendo más fina. Van surgiendo pensamientos, y tanto me da. No me esfuerzo en apartarlos, no me esfuerzo en que no surjan, me centro en mi respiración, en ir viendo cómo se va afinando, y cómo todo mi cuerpo se ralentiza al ritmo de la respiración. No se trata de escapar, se trata de aprender a pausar y a observar qué sucede, sin quedar atrapado en el reaccionar, para así poder actuar con claridad.

Conforme vayas practicando verás que no tan solo te es más fácil la práctica, sino que en tu día a día eres más consciente de tus pensamientos, de cómo te afectan y sabrás tomar perspectiva. Reconocerás tus patrones y serás más capaz de regularte. No es solamente útil para las personas que entráis en bucle, es igual para los que dejáis las cosas para mañana, los impulsivos, los que no fijáis hábitos, los que no sabéis salir de vuestras rutinas, los que saltáis de una idea a otra, … Es útil para todos, ya que se trata de conocer tus patrones mentales, conocer tu mente, cómo te afecta y saber tomar distancia.

Además, que lo sepas, tu respiración está directamente conectada a tus emociones, así pues, influye en tu estado de ánimo. Es pura fisiología (3). Aprender a gestionarla es aprender a regularte.

No pierdas la oportunidad, empieza a practicar.

¡Feliz día de Sant Jordi y hasta el próximo domingo! Pasa una feliz semana.

Notas y recursos adicionales

(1) 26 de noviembre 2015, 17 de abril 2016, 8 de mayo 2016, 16 de mayo 2016
(2) 29 de noviembre 2016









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