¡Hola! ¿Cómo te sientes? Respira lenta y profundamente,
cierra los ojos y observa. Las emociones impactan tu fisiología, así que si te
acostumbras a observarte un momento, cada día, serás capaz de reconocer en tu
cuerpo tu estado emocional.
Sí, el tema de las emociones es complicado, pero es importante
saber gestionarse en ellas. ¿Por qué es importante? Pues ante todo es importante
porque somos gregarios (1), para nosotros es necesario relacionarnos y, para
ello, las emociones son imprescindibles.
El tema de las emociones es importante, también, porque en
toda decisión interviene la emoción. Y con cada decisión que tomas construyes
tu futuro. Fíjate que responsabilidad…
La emoción y la razón deben trabajar juntas para un óptimo resultado,
tanto en nuestras relaciones como en nuestras decisiones. Pero hay un estado en
el que la emoción secuestra a la razón: el estado refractario (2). En este
estado solamente procesamos lo que encaja, mantiene o justifica la emoción que
estamos sintiendo.
¿Y qué puede desencadenar un estado refractario? La ira, el
miedo, el odio, la pasión…. Cuando estamos sumergidos en este estado, cualquier
explicación, disculpa, razonamiento, argumento etc.… que nos ofrezcan, si no
encaja con nuestra emoción, es descartado (3).
¿Y qué pasa hoy en día? Pues que es muy fácil sacudir
estados emocionales. Las redes sociales, los grupos whatsapp, twitter,…
facilitan la difusión inmediata de informaciones que, si apelan a nuestra
emocionalidad, nos empujan fácilmente al estado refractario y, a través de la
alimentación constante, lo sostienen a lo largo del tiempo. Sin darnos cuenta,
nos vamos cerrando a todo lo que no confirme ese estado, y, así, perdemos información
y capacidad relacional, y con ello perdemos nuestra libertad.
Ser conscientes de esto nos puede ayudar a no dejarnos
arrastrar tan fácilmente (4).
(1) Desde el punto de vista evolutivo lo llevamos impreso en
nuestro firmware. Durante mucho tiempo el pertenecer a una tribu, a una
comunidad, fue condición sine qua non para sobrevivir. Así pues, no hay que
perder de vista que la pertenencia a un grupo es una NECESIDAD. Y tanto es así
que la dinámica de los grupos es tan potente que llega a anular la individualidad
(para muestra solamente hace falta revisar la historia…)
(2) Definición de estado refractario por Paul Eckman: “se trata de un período en el que el
pensamiento es incapaz de incorporar información que no encaje, mantenga o
justifique la emoción que estamos sintiendo. Este estado refractario será más
positivo que negativo si es breve, si dura sólo un segundo o dos. En ese corto espacio centra nuestra atención
en el problema inmediato, y utilizando la información más pertinente guía
nuestras primeras acciones y los preparativos para las futuras. Si el período
refractario se alarga – minutos o incluso horas-, quizás surjan dificultades o
mostremos un comportamiento emocional inadecuado. Un período refractario
excesivamente dilatado distorsiona la forma en la que vemos el mundo y a
nosotros mismos”
(3) Un estado refractario muy común que es propiciado por
nuestra biología es el enamoramiento. Pensad en cómo el enamorado o enamorada
procesa cualquier información que contradiga lo que piensa del otro… En este
caso este estado contribuye a la supervivencia de nuestra especie.
(4) Una posible estrategia es apartarse de los focos que
atizan nuestra emocionalidad, como mínimo un cierto tiempo al día. Para poder
apartarte de estos focos cuando sea necesario, debes aprender a reconocer
cuándo estás entrando en estado refractario y, para ello, debes aprender a
observarte, a sentir tu cuerpo para identificar en él tu estado emocional antes
de que éste te secuestre.
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