Leía
esta semana un artículo titulado “La cultura en la era de la prisa” (1). El artículo
habla de que la industria cultural apuesta cada vez más por el formato “micro”
debido a la reducción continuada de nuestra capacidad de atención. Para
fundamentarlo, se citan ejemplos muy gráficos de esta adaptación que muestran una
clara y sostenida reducción en duración/volumen de formato en canciones,
películas, libros, … que, supuestamente, busca poder encajar en esta, cada vez
más reducida, capacidad de atención.
Yo me
pregunto ¿es eso así? ¿O es un caso de cherry picking? (2) … Pues la verdad es que si buscas en google la palabra micro-moments
¡resultan un montón de entradas! Se habla de “micro-momentos” y de cómo
utilizarlos para captar esa atención tan dispersa (3). De ahí que puedo decir
que no es solamente este artículo ni es solamente la industria cultural los que
lo sostienen.
La “voz
de alarma” sobre la reducción en nuestra capacidad de atención saltó en 2015 a raíz
de un artículo sobre un estudio de Microsoft corp. (4). En este estudio se mencionaba que habíamos
reducido el -attention span- de 12 a 8 segundos desde el año 2000, y relacionaba
esta disminución con la irrupción de la era digital.
Pero también es cierto
que, cuando algo nos atrae, sí que somos capaces de mantener ahí la atención. Eso
me lleva a pensar que quizás no se haya reducido nuestra capacidad de atender,
sino que hay muchísima más oferta dirigida a nuestra atención, y ésta resulta
más difícil de conquistar (5). Ya no es que seamos más selectivos, es que cuando
hay mucha oferta, nos resulta fácil bloquearnos y, sencillamente, no escoger
(6). Quizás es por esto por lo que nos acabe atrayendo tanto consumir vía micro-momentos,
intentando abarcar lo infinito a través de pequeñas píldoras que nos evitan
tener que escoger dónde depositar nuestra atención.
Y esto acaba por afectar
nuestro aprendizaje (7) ya que no aprendemos en una forma eficaz cuando nuestro
cerebro está inundado por información que no está conectada. Cuando no hay
coherencia (8) en los contenidos que nos llegan, no aprendemos en una forma
efectiva.
No se trata creo de
discutir sobre si hemos perdido o no capacidad de atención, se trata de ser conscientes
de lo que sucede en nuestro entorno, de comprender cómo nos afecta y de
utilizar estrategias adecuadas para, en ese entorno, conseguir el resultado que
queremos.
(1) https://www.elmundo.es/papel/historias/2019/06/28/5d14e1cf21efa0e2778b4595.html
(2) https://www.fundacionmf.org.ar/visor-producto.php?cod_producto=4747
Aunque
esta estadística ha sido cuestionada… https://www.bbc.com/news/health-38896790
(5) https://martechseries.com/sales-marketing/customer-experience-management/survey-finds-attention-spans-arent-shrinking-theyre-evolving/
(8) La
coherencia se refiere a un sistema de ideas que encajan de forma que cada
concepto refuerza y construye sobre otros. Desde la perspectiva del
funcionamiento del cerebro, esta forma de aprendizaje facilita la integración y
la retención de nuevas ideas.