sábado, 5 de noviembre de 2016

Si no nosotros, ¿Quién? Si no ahora, ¿Cuándo?

No dejes que lo que no puedes hacer interfiera con lo que sí puedes hacer”– John Wooden

Hay muchas cosas en la vida que no podremos cambiar, ni tan solo evitar, por mucho que a veces se nos transmita este mensaje, poniendo en nuestras manos una responsabilidad que claramente nos supera. Ahora bien, hay otras muchas cosas que sí que son sensibles a la cualidad de nuestra mente, de nuestros pensamientos, emociones y conductas. Cosas que a través de pequeños pasos en nuestro día a día podemos cambiar o evitar (1).

Afortunadamente, la mayor parte de nosotros forma parte de un grupo privilegiado (2) cuyo día a día no está afectado por situaciones vitales extremas. A ti, que estás dentro de este grupo, me dirijo especialmente:

Tenemos una responsabilidad: se nos dio una vida, y hay que hacer lo posible para que esté más llena de minutos fantásticos que de minutos “de mierda” (3)

Hay una cita que me gusta y que – como muchas otras – no tiene un autor atribuido claro (4). Y creo que viene al caso:

Si no nosotros, ¿Quién? Si no ahora, ¿Cuándo?

Para conseguir incrementar los minutos fantásticos, y/o disminuir los minutos “de mierda”, estoy compartiendo contigo recursos que a mí me han funcionado, y que están a tu alcance. Sé que somos cada uno como somos, y que no todo funciona para todos, ni en todo momento, pero tienes que darle una oportunidad a lo que te propongo, tienes que probarlo y, si no funciona, pues lo descartas. Y eso es lo único que se nos pide: INTENTARLO.

“El 80% del éxito consiste en estar allí” Woody Allen

Dicho esto – y disculpa la vehemencia –añado un cuarto recurso a la colección (5): el reenfoque.

¿A qué me refiero con reenfoque? Pues te lo explico con un ejemplo: yo corro para mantenerme en forma, pero, a veces, me da pereza, se me hace pesado, o, al ir justa de tiempo, le doy prioridad a escribir o a estudiar o a preparar alguna visita. Con ello resulta que a menudo dejaba de salir y, lo gracioso del caso es que, en muchas ocasiones, ni escribía, ni estudiaba, ni preparaba nada ;))). Como correr es importante para mí, y eso lo tengo claro (autoconocimiento), me planteé reforzar el PARA QUÉ (intención):

- ¿Para qué corro? Si fuera capaz de encontrar motivos para reforzar mi intención, motivos que no tan solo tuvieran significado para mí, sino que pudieran, además, ser más tangibles a corto plazo que el “ponerme en forma”-

Para entrar en este tipo de proceso necesitas darte cuenta (consciencia plena), así que ¡a prestar atención! Pues me di cuenta de que, si corría después de meditar, surgía un río de ideas. Ahora es llegar a casa después de correr y ponerme a anotar como una loca. Desde que he reenfocado mi intención no falto a mi cita.

La semana que viene te cuento más ejemplos de reenfoques que a mí me han servido. Por cierto, no te creas que me olvido, tan pronto acabe de contarte este cuarto ejercicio sigo con los automatismos J.

Ah, una última cita:

“Muchos fracasos en la vida los viven personas que no se dieron cuenta lo cerca que estaban de conseguirlo cuando se rindieron.”– Thomas Edison


Así que, ante todo, ¡no te desanimes!



(1) Incluso las cosas que no podemos cambiar ni evitar podemos llegar a vivirlas de modo diferente si estamos entrenados para ello.
(2) De la población de España (46 millones), según estadísticas del 2015, casi el 30% está en riesgo de pobreza y exclusión social (INE), 2,5 millones aproximadamente tienen algún tipo de discapacidad reconocida (Imserso) y en 2013 casi 2 millones de personas sufrieron de depresión. Alrededor del 40% de la población tiene una realidad objetiva difícil de entrada…podríamos decir que el resto partimos de una situación objetiva más sencilla no?
(5) Te recuerdo los posts donde se presentan los 3 recursos (ejercicios) anteriores: El primer ejercicio está descrito en el post del 17 de abril de 2016, el segundo ejercicio te lo proponía en el post del 24 de abril de 2016 y el tercero en el del 15 de octubre de 2016.



No hay comentarios:

Publicar un comentario