“No te
preguntes qué puede hacer tu país
por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu país” John F. Kennedy
¿Y
si cambias “país” por “tú”? Pregúntate qué puedes hacer tú por ti.
Estamos
muy acostumbrados a buscar las soluciones fuera, el médico o – fatal- auto
medicándonos cuando nos encontramos mal, el fisioterapeuta cuando nos
contracturamos, el psicólogo cuando nos sentimos mal … Y está bien utilizar
estos recursos, para eso están, lo que no es tan correcto es apoyarnos
exclusivamente en lo de fuera. ¿Qué podemos hacer nosotros mismos?.
En
el blog hemos visto ya algunas cosas como:
-Sonríe,
ríe, porqué reír solo trae cosas buenas: activa el corazón y los pulmones,
beneficia a nuestro sistema inmunológico, nos riega de químicos como las
endorfinas que nos provocan bienestar, nos disminuye químicos que nos
perjudican, favorece nuestra creatividad al permitirnos el pensamiento
divergente y hace que la imagen que proyectemos sea acogedora. Asimismo la
sonrisa y la risa se contagian generando un entorno positivo.
-Presta
atención a tu postura, porqué tu postura afecta a cómo te sientes y a cómo te
sienten los demás. Nuestro equilibrio mental y nuestra fisiología están influenciadas
por nuestra posición corporal.
-Presta
atención a lo que piensas, dices y cómo lo piensas y dices. Tu diálogo interior
afecta y mucho a tus comportamientos y a tu fisiología. Y tus pensamientos se
convierten en palabras y tonos y esto afecta al otro y – consecuentemente- te
afecta a ti.
Y
muchas otras pequeñas cosas que podemos hacer para crearnos un entorno
estimulante y enriquecedor. Y hay más cosas, como cómo respiramos, cómo nos
alimentamos, cómo nos movemos, cómo “mantenemos” nuestro cuerpo (ejercicio,
sueño,…) etc… que iremos viendo poco a poco a lo largo de los próximos meses.
Lo
que es importante es TOMAR CONSCIENCIA, saber en qué nos afecta lo que hacemos
o dejamos de hacer, y –sobre todo- saber crear ese espacio entre el estímulo y la
respuesta para ELEGIR qué hacemos (1), y así actuar en lugar
de reaccionar. Quizás más que lo que acabemos haciendo, lo importante es que
sea lo que hayamos elegido y lo hayamos elegido conscientemente.
En
esta entrevista Víctor Frankl – entre otras cosas- nos dice: “Nuestra libertad es una libertad finita, una
libertad limitada. Eso equivale a decir que el ser humano nunca está completamente
libre de condiciones, sean estas de tipo biológico, psicológico o sociológico,
pero siempre tenemos la LIBERTAD SUPREMA, la libertad última: la libertad de
ELEGIR UNA ACTITUD ante cualesquiera sean las condiciones que enfrentamos. Cómo
reaccionamos ante condiciones que no pueden ser cambiadas, depende de nosotros”
(1)
Una de las herramientas que nos ayudan a crear este espacio es el Mindfulness.
Hablaré pronto de cómo podemos incorporar el Mindfulness a nuestra vida y cómo
la afecta. A mí me ha ido muy bien, precisamente para crear cada vez en más ocasiones
ese espacio entre estímulo y reacción
------
Buenisimo el post, grandes y sencillas verdades. Son las instrucciones para ser lo que queramos ser.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario!!! Me alegra que te haya llegado.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu comentario Ana. Mucho.
ResponderEliminarNo es lo que nos pasa, sino cómo respondemos a los que nos pasa.
Esa libertad "interior" de la que hablas, el espacio entre el estímulo y la respuesta, es de lo que me parece que también hablaban los sabios estoicos, por ejemplo, entre otros. Por eso, cuando conocí por primera vez esa frase de Víctor Frankl, me encantó.
A parte del marco teórico, me interesa sobretodo el cómo (si lo hay). El cómo más claro que yo he encontrado son las enseñanazas de Eckhart Tolle y de Byron Katie (el método de ésta última se llama "The Work").
Si los he entendido bien, la mayor parte de las veces, son nuestros pensamientos, nuestras interpretaciones de la realidad, las que generan nuestras emociones, y, a su vez, esas emociones las que generan nuestras reaciones externas.
Por ejemplo, para ponerlo del modo más concreto del que soy capaz: si aparece en mi cabeza el pensamiento "mi madre no me quiere" y me lo creo, ese pensamiento me genera tristeza, y esa tristeza genera reacciones físicas, corporales, como abatimiento, una postura concreta (bajar los hombros, por ejemplo), una cara concreta, etc. y también, reacciones exteriores, conductuales, que podrían ser, por ejemplo, no mirarle a la cara cuando me habla, no devolverle las llamadas, no querer saber nada de ella, o incluso, hacerle saber de manera explícita que yo tampoco le quiero.
El "quid" de la cuestión estaría en que esta cadena de reacciones se producen de una manera automática, excepto si somos conscientes de ella (Eckhart Tolle) o cuestionamos nuestros pensamientos iniciales o desencadenantes (The work of Byron Katie).
La clave estaría, siguiendo ahora más a Eckhart Tolle que a Byron Katie, en la conciencia de todo este proceso en el mismo momento en el que se produce. Si somos conscientes, podemos elegir. Si no, no.
Si somos conscientes del proceso ya no estamos atrapados en él y no tenemos que reaccionar automáticamente, podemos elegir. Si no, no. Y además, los otros también reaccionan en consecuencia hacia nosotros. Acción-reacción. ¿Karma?
Según el mismo Tolle, otro nombre para la conciencia podría ser "Mindfulness" o atención plena.
Por lo que he leido en esta entrada, lo que compartes va en esta línea ¿Es así para ti?
También me interesan otras líneas, por supuesto. De hecho, esto que he explicado puede sonar muy fácil de hacer, pero en mi experiencia no lo es. Y admito sin problemas que hace muchos años que sigo a las dos personas que he citado y, sin embargo, mis resultados son muy escasos.
Muchas gracias Ana y me alegro de haber encontrado este blog. Leeré más trozos. Un saludo.
Gracias Emilio por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo, no es un camino fácil pero vale la pena. Iré compartiendo a lo largo del blog los "cómo" y ya me irás diciendo si vas viendo cambios. En mi experiencia los cambios son sutiles y si mantienes la línea llega un momento en que sí que te das cuenta que ya no eres la misma persona. Ánimo y no dejes de contarme como va.
ResponderEliminar