domingo, 1 de noviembre de 2015

Dispersión, Flujo y Emergencia

Que todo lo que yo haga fluya de mí como un río,
sin forzarlo ni reprimirlo,
como hacen los niños
Rainer Maria Rilke



En este breve vídeo Daniel Goleman nos explica la relación entre productividad y estrés a través de describirnos los tres principales estados que recorremos al aumentar nuestro nivel de estrés (1).

En el primer estado, sin ningún nivel de estrés, la productividad – según la entendemos – es baja. Es el estado en que nuestra atención está totalmente abierta, vagando, sin foco. Es el estado de “Dispersión”. ¿Y es malo? Pues….DEPENDE. Depende siempre de si es un estado adecuado y buscado. Si buscas creatividad y entras en este estado después de haberte concentrado, pues es perfecto, ya que en este estado entramos en contacto con partes de nuestra mente que manejan más información y a distinto nivel. Ahora bien, si entramos en este estado sin intención, sin buscarlo, pues no es la mejor opción.

El segundo estado, en un nivel óptimo de estrés, la productividad es máxima. Es el estado en que estamos plenamente atentos, cuando tenemos la atención centrada en donde queremos tenerla. Es el estado de “Flujo”. Y en este estado estamos “al máximo”, fluimos, estamos motivados y comprometidos, no existe tiempo ni espacio…. Y más aún, el estado de flujo sienta bien, es un estado de “quieta alegría”.

El tercer estado es el estado en que la presión nos desborda, en este estado de “Emergencia” (3) nuestra capacidad de trabajo es interferida, así como nuestra capacidad de aprender, de innovar, de escuchar, de planificar (2). Y si este estrés se convierte en crónico nos afecta la salud.

Si os fijáis, en aquellas profesiones en que se trabaja bajo este tipo de estado (emergencias médicas, protección civil, bomberos…) es importantísimo entrenar las rutinas de forma que se automaticen, ya que bajo esta cantidad de estrés el córtex pre frontal (nuestro centro de decisión) se apaga y quedan solamente los automatismos.

Es responsabilidad de cada uno de nosotros gestionar nuestro estado. Hay herramientas y hay opciones.  El primer paso, eso sí, es tomar consciencia de en qué estado nos movemos la mayor parte del tiempo. Una vez lo sepamos es cuando tenemos que preguntarnos ¿quiero seguir en este estado? Si queremos seguir en él, pues no cambiemos nada. Si no queremos seguir en él, habrá que cambiar algo ¿no?



(     1)    Ley de Yerkes-Dobson
             El estrés es contagioso: http://www.psyneuen-journal.com/article/S0306-4530(14)00124-3/abstract


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