“Para
hacer las cosas bien es necesario: primero, el amor; segundo, la técnica.”
A.Gaudí
(1852-1926)
Yo diría que para hacer las cosas bien es
necesario: primero, ponerse a ello (con amor) ;)); segundo, la técnica.
Te puedo contar cosas - la técnica - , sugerir
ejercicios, y seguro que lees el post y te parece interesante, y… ¿practicas?
Los dos ejercicios propuestos en los post del 17 y del 24 de abril son potentes
y su puesta en práctica es sencilla y, aun así, cuesta incorporarlos, lo sé.
A mí misma me costó tiempo adoptarlos, así que
te daré información para convencerte y, además, como sé que estar convencido de
los beneficios es solo el primer paso, también te iré sugiriendo estrategias
que te faciliten iniciar la práctica. Sé que eres consciente que saberse la
partitura no te convierte en pianista, así que tan pronto puedas, ¡ponte en
marcha!.
Como hablamos de cambios, en este caso
incorporar dos ejercicios a nuestro día a día, es importante tener en cuenta:
1) Las ventajas de los pequeños
cambios vs grandes cambios
2) Las ventajas de centrarse en el
proceso vs centrarse en el resultado
Cuando nos proponemos cambios radicales
requerimos una gran inversión de energía y corremos el riesgo de agotar
nuestras reservas (1). En cambio, pequeños cambios, concretos, como los que te
propongo, que no requieren más que una pequeña inversión de energía, nos llevan
– paso a paso – a nuestro destino.
Centrarnos en el proceso (2) nos ayuda a
seguir, nos motiva evitándonos frustración al enfocarnos en el cómo. Eligiendo
bien el proceso aseguramos el éxito. Las técnicas – procesos- que te propongo
están muy pensadas y funcionan. Dales una oportunidad y – sobre todo- disfruta
del proceso, tómatelo como un viaje a tu interior, enfócalo con curiosidad, sé
creativo en el enfoque. Cuando consigas verlo como un “quiero” en lugar de un “debo”
ya lo tendrás!!!
Y recuerda: que te sepas la partitura no te
convierte en pianista ¡Practica!!!
(1) Es lo que suele pasar con los propósitos
de año nuevo…nos proponemos cambios de envergadura que en, sí mismos, consisten
en una miríada de pequeños cambios que no tenemos en cuenta a la hora de
organizarnos.
Un ejemplo de pequeños cambios que
desencadenan grandes cambios: http://genial.guru/admiracion-curiosidades/la-teoria-de-las-ventanas-rotas-113155/
(2) El trabajo de Carol Dweck ha demostrado
sin duda que enfocarnos al proceso es la mejor estrategia: https://escuelaconcerebro.wordpress.com/tag/carol-dweck/
Otro artículo que muestra la potencia de
centrarse en el proceso: http://www.thecrimson.com/article/2014/1/18/rhoads-excels-process/
No hay comentarios:
Publicar un comentario