domingo, 29 de mayo de 2016

Rompiendo una lanza por …

… todos aquellos a los que nos han despedido en la cincuentena. Porque somos capaces de salir adelante, por mucho que una y otra vez nos inunden con estadísticas que hacen que algunos se convenzan de que tener 50 años, o más, nos condena.

Y os preguntaréis por qué ahora os comento esto. Pues porque estoy orgullosa de mi hermano. Su historia me ha hecho feliz, es un ejemplo para mí, y sirve para confirmar que, aunque pertenecemos a una generación que creció con la idea que tendríamos trabajo para toda la vida, somos capaces de ser despedidos, aceptarlo y encontrar trabajo en menos de un mes. Sé que no es la situación de muchos, por supuesto, no nos engañemos, pero me pregunto qué parte de influencia tiene en que se haya dado esta situación el que mi hermano crea firmemente en sí mismo y en su trabajo.

La actitud, la pasión, la energía no están correlacionadas con la edad, ni están restringidas a unos pocos, son cuestión de elección (1). Quizás nos hemos auto convencido de que la edad nos quita más que nos da, y ya sabemos que no hay nada que cree más realidad que nuestro propio convencimiento…

En 1933, Franklin Roosevelt hizo una visita al juez Oliver Wendell Holmes, que estaba leyendo un texto de Platón en griego. Cuando Roosevelt le preguntó por qué leía en griego antiguo, Holmes (a sus noventa y dos años) le contestó con aplomo: “Hombre, para mejorar la mente.”

(1) Podemos elegir mejor desde la preparación. Nadie dice que sea fácil, hay que trabajárselo. Mi hermano se lo trabajó en su momento y ahora recoge los frutos.


2 comentarios:

  1. Querer es poder ... y para muestra un botón. Que los cincuenta no representan la meta del maratón de nuestra vida, es sólo un punto de restauración donde, queriendo, podemos recuperar energías para reemprender la marcha y, quien sabe, incluso obteniendo más satisfacciones que en el pasado. Firmado: otra hermana orgullosa.

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  2. Muchísimas gracias.
    Dicen que es de bien nacido ser agradecido. Sólo añadir que estoy eternamente agradecido a muchas grandes personas que me han dado su cariño y fuerza y me han animado a luchar. No desfallezcais porque los 50 son solo un número, el valor está en las grandes personas. Pensad y actuad siempre como tales y el tiempo os recompensará.
    Yo también estoy muy orgulloso de 2 grandes personas, mis hermanas.

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