domingo, 5 de mayo de 2019

El verdadero objetivo




Escribo este post a raíz de este párrafo (1):

“Algunas personas se fijan en los interesantes estados alcanzados durante una sesión de meditación (especialmente durante largos retiros), sin prestar mucha atención – si es que prestan alguna – al modo en que estos estados se traducen en cambios positivos y duraderos cuando regresan a su vida cotidiana. Esta supravaloración de los estados elevados los lleva a olvidar que el verdadero objetivo de la práctica consiste en la transformación duradera”

Esto podemos aplicarlo a casi todo: cómo las formaciones o charlas generan un “estado elevado” que luego se difumina en el día a día; cómo la práctica del ejercicio físico genera un “estado elevado” y luego, en el día a día, perdemos esa “conciencia” y nos “espachurramos”, …. Centramos nuestra atención en un estado efímero y nos perdemos a la hora de trasladarlo al día a día, que es cuando más útil nos sería.

¿Y cómo hacer para transformar estos estados en rasgos duraderos? El primer paso es que te convenzas de que llevas el timón de tu día a día y quieras esa transformación. Mientras todo sean excusas del tipo “ya lo haré cuando tenga tiempo” “ahora estoy muy liado” “yo no puedo porque…” “si estuviera en la situación de fulanito claro que podría hacerlo” etc… irán pasando días, meses y años, y con cada año te costará un poco más de esfuerzo ponerte porque habrás consolidado una forma de hacer que te será difícil romper.



(1) Estoy leyendo el libro del que trata el artículo que menciono en el link:



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